El síndrome de ‘no con mi voto’

El domingo sabremos si abundó quien, valorando a su alcalde, ha rechazado avalar con su voto los infames pactos de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez en un reciente mitin del PSOE en Asturias.

Pedro Sánchez en un reciente mitin del PSOE en Asturias. / J. L. Cerejido

ENpoco más de 48 horas, Sevilla y el resto de los 8.130 municipios españoles habrán renovado sus corporaciones locales y decidido quién está en condiciones de sostener el bastón de mando, sea para mantenerlo o para tomar el relevo del gobierno local.

Acaba hoy una campaña electoral que ha sido mucho menos local de lo que debiese una convocatoria para renovar más de 66.000 representantes en las corporaciones locales. De hecho, han abundado las cuestiones nacionales y el dato del sumatorio de votos globales en el conjunto de los con sistorios será, sin duda, el primer titular: qué partido gana estas elecciones en esta suerte de primera vuelta de las legislativas que han de celebrarse antes de que acabe este año. 

Si acierta el consenso de los sondeos, roto por el CIS que dirige José Félix Tezanos, al que ha llevado al desprestigio, estas elecciones serían las primeras del último lustro en las que el PSOE no logra ser el más votado. Hace cuatro años, estas mismas votaciones, que entonces coincidieron con europeas, además de las mismas autonómicas, salvo el relevo de la Comunidad Valenciana por Castilla y León, por sendos adelantos electorales, anticiparon que Pedro Sánchez, que llevaba ya un año en la Moncloa tras prosperar la moción de censura a Mariano Rajoy, ganaría las dos elecciones a Cortes Generales que fue necesario celebrar en 2019.

Desde la restauración democrática, el partido que ha ganado las municipales siempre ha sido el más votado en las siguientes legislativas. El dato, por tanto, no es irrelevante sino todo lo contrario.

Eso ha estado presente en toda la precampaña y la campaña electoral. Especialmente para los candidatos socialistas que son alcaldes y tienen buen cartel entre sus conciudadanos –en Andalucía claramente Paco Cuenta en Granada y Antonio Muñoz en Sevilla–, que han llevado discreto, cuando no lo han eliminado, la identificación con este PSOE de Sánchez.

Antes de que acabe el domingo ya sabremos si el síndrome de no con mi voto ha hecho mella en las opciones de esos gestores para repetir como alcaldes. Cuántos, aun valorando el trabajo de sus respectivos regidores, se niegan a que su ejercicio del sufragio sea utilizado por el presidente del Gobierno como aval a su infame política de pactos, que no sólo ha indultado a los golpistas que intentaron la secesión de Cataluña, sino que ha despenalizadode cualquier otra tentativa en el futuro próximo; que ha blanqueado a los albaceas del terror etarra o que permitió rebajar más de mil condenas por agresión sexual.

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