Elecciones

"Puntos que nos unan a todos"

  • Alrededor de 300 personas asisten a la asamblea de la Acampada Córdoba, en el bulevar del Gran Capitán · El movimiento reclama la regeneración de la política y también cambiar la ley electoral

"Tenemos que encontrar puntos que nos unan a todos". Ésta fue una de las conclusiones que se presentaron ayer durante la asamblea del movimiento de la Acampada Córdoba, el mismo del 15-M, y que se encargó de leer en el bulevar del Gran Capitán, Nicolás, uno de los portavoces de esta corriente. Alrededor de 300 personas se acercaron hasta la asamblea pública para escuchar las propuestas y las ideas de este movimiento que se extiende ya por toda España y que a pocos deja indiferentes.

El bulevar del Gran Capitán no es, ni por asomo, la Puerta del Sol de Madrid, pero sí como una pequeña sucursal por la que no deja de pasar gente que se interesa por las ideas que propugna este movimiento. Algo que tienen claro sus defensores son sus reivindicaciones a corto plazo, "los pilares del movimiento", según expuso Nicolás. A su juicio y al del resto de personas que apoyan esta corriente, la democracia de España está como el "barco de Chanquete -rememorando un clásico de Televisión Española como la serie Verano Azul- varada y, por eso, hay que hacerla flotar". "Hay que tener claro que hay que reparar el sistema", añadió. Para Nicolás, algunos de los cambios fundamentales son la reforma de la ley electoral "para los votos valgan lo mismo" en cada territorio, la separación del poder judicial y de la política y también la "regeneración" de ésta última con llegada de las listas abiertas. En su intervención, Nicolás también aludió a los "verdaderos enemigos" de este movimiento, que quieren entrar ya a fondo en otras de sus reclamaciones. Pero eso, "vendrá luego", sostuvo.

Carmela fue una de las asistentes a la asamblea. Una mujer de mediana edad que mostró su "apoyo total" a la iniciativa. "Esto es sólo el principio. Hay muchas personas de diferentes ideologías unidas en algo concreto", apuntó.

A las 20:00 de cualquier tarde y, más en esta época, el bulevar es un paso obligado de mucha gente y centro de encuentro. Ayer, algunos pasaban por "la curiosidad" de conocer realmente las bases de este movimiento. Francisco Pérez fue uno de ellos, al explicar que acudió "para informarme y ver si me convencen". Para este hombre, cuyos dos hijos tienen "unos trabajos precarios", la respuesta "llega tarde". Lo que sí tenía claro es la necesidad de "dignificar la vida política".

Ana María Rueda también acudió por eso de informarse y para compartir su "indignación" con el resto. Para Rueda, que cobra una pensión de invalidez, la solución a todo esta situación de paro y crisis financiera es que "el sistema cambie por completo y que se centre en las personas más vulnerables". Acompañada por una de sus nietas, relató que su hijo está en el paro y que vive con ella.

La heterogeneidad de los asistentes a la cita fue otro de los aspectos más llamativos. Jóvenes, parados, matrimonios con hijos y jubilados, como Rafael Sánchez, quien a sus 68 años aseguró que "los políticos van sólo a vivir bien". Vecino de Las Margaritas, Rafael aplaudió el movimiento, si bien, consideró que "ya era hora de que se saliera a la calle, porque el país cada vez va a peor". El Gobierno, continuó, "en lugar de ayudar a los bancos tiene que ayudar a las familias".

"Hemos venido ex professo al bulevar", reconoció una mujer que a sus 48 años se ha quedado en paro hace unos meses. A la asamblea acudió con su marido -funcionario- y su hija, estudiante de Derecho, pero prefirieron sólo indicar sus apellidos por identidad: Ramírez-Giménez. Esta familia también lamentó que el movimiento haya surgido tan tarde, pero aún así sostienen que es "un toque de atención para quienes nos están gobernando ahora mismo". Y mientras la gente opinaba, los convocantes continuaron con sus propuestas y peticiones, tales como la eliminación del Plan Bolonia -el mismo que persigue la colaboración entre el mundo empresarial y universitario, pero que también ha suscitado numerosas críticas por parte de los estudiantes-, y una reforma de la educación, entre otras demandas.

La acampada continuó por la noche y, seguirá así, hasta que el movimiento decida lo contrario y mientras siga llegando gente. "Somos personas que quieren hablar con la gente y no se cierra la puerta a nadie", subrayó Alida García, una de las acampadas de las dos últimas noches en el bulevar del Gran Capitán sin ningún tipo de problema.

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