El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reivindicó ayer ante sus compañeros socialistas la herencia que deja su Ejecutivo con leyes que han expandido derechos y libertades, y les instó a salir a ganar "con convicción y gran respeto a la democracia".

Aunque no estaba previsto en el programa inicial, Zapatero intervino ante los cabezas de listas del PSOE para el Congreso y el Senado antes de que tomara la palabra el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Zapatero reconoció que la principal preocupación del país y de los socialistas es ahora la economía y el empleo, pero recordó que "la crisis se superará, antes o después", e hizo hincapié en la necesidad de no olvidar el "patrimonio colectivo" de leyes sociales que hay que defender a pesar de la gravedad de la crisis.

Manifestó así su "inmensa gratitud" a todos los diputados y senadores que le han acompañado en estas dos legislaturas y le han ayudado a sacar adelantes la ley contra la violencia de género, la de igualdad o la que permite el matrimonio homosexual, que son ya "señas de identidad de un país moderno" y que "difícilmente tienen marcha atrás". Y si alguien lo intenta, dijo, "no va a poder; allá estaremos nosotros en defensa de la libertad". Zapatero apuntó además la importancia de seguir apostando por el sistema de atención a la dependencia a pesar de la crisis y recordó las políticas de su Gobierno por mejorar las pensiones mínimas, aumentar las becas y defender una sanidad universal. "Todos esos avances son clara seña de identidad de nuestro proyecto y hoy más que nunca hay que defenderlos", insistió. Zapatero elogió a Rubalcaba por asumir compromisos "serios y a veces arriesgados", como la iniciativas para subir impuestos para financiar la sanidad, ya que demuestra "rigor y claridad".

Ante el inicio de la campaña electoral, instó a los socialistas a tener "convicción" en su proyecto, en la defensa de la gestión que se ha hecho de la crisis y en el futuro de España.