Sánchez tapa a Ábalos por el encuentro con la número dos de Maduro

Madrid/El Gobierno se esforzó en restar importancia a la escala que número dos del Gobierno venezolano, Delcy Rodríguez, hizo la semana pasada en el aeropuerto de Barajas camino de Turquía. Tras varios cambios de versión sobre la reunión que el titular de Transportes, José Luis Ábalos, mantuvo con Rodríguez, el Ejecutivo acusó al PP de usar la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid para pretender dirigir la política exterior española respecto a Venezuela, una competencia reservada al Gobierno.

En declaraciones a los medios de comunicación antes de asistir a la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, rengó que haya existido "crisis" alguna motivada por el paso de Rodríguez por Barajas a pesar de que se trata de uno de los dirigentes del régimen de Maduro que tiene prohibido entrar en territorio de la UE e incluso hacer tránsito.

Lo que ha habido, denunció Calvo, es "una oposición, el PP, utilizando instituciones como la Comunidad y el ayuntamiento de Madrid para hacer política exterior". Calvo se refería así al recibimiento que estas dos instituciones gobernadas por el PP dieron al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, en su visita a la capital y las críticas que desde este partido se han vertido contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no se vio con Guaidó y delegó su recibimiento en la ministra de Exteriores.

La consigna que tenían los miembros del gabinete era la de cerrar filas con Ábalos, que se vio con Rodríguez durante una media hora en la medianoche del domingo al lunes de la semana pasada, y restar trascendencia a la escala de varias horas en Madrid de la vicepresidenta de Maduro. "No hay que buscar tres pies al gato", dijo Pedro Duque, titular de Ciencia, en un desayuno informativo protagonizado por el presidente valenciano, Ximo Puig. En una línea similar, la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, considera que Ábalos ha dado "explicaciones suficientes" que ahora permiten al Gobierno centrarse "en lo importante". Para Ximo Puig este asunto no es más que una "serpiente de verano en invierno".

El titular de Transportes explicó que tuvo conocimiento de que Rodríguez se disponía a aterrizar en Barajas un par de horas antes de que la aeronave tomase tierra y que, a petición del Ministerio del Interior, subió al avión para recordarle a Rodríguez que no estaba autorizada a entrar en España. A pesar de que estuvo entre 20 y 25 minutos, según su relato, en el interior del avión, no habló con ella de ningún otro asunto más allá de recordarle su prohibición de entrar en el país.