Partido Popular

Génova rechaza presiones por el control del PP de Madrid

  • El ruido interno se cuela, día tras día en la labor de oposición de Casado

  • Ayuso no tendría garantizado el triunfo en unas eventuales primarias

El líder del PP, Pablo Casado, junto a la portavoz, Cuca Gamarra, y el secretario general de la formación, Teodoro García Egea, este jueves en el Congreso.

El líder del PP, Pablo Casado, junto a la portavoz, Cuca Gamarra, y el secretario general de la formación, Teodoro García Egea, este jueves en el Congreso. / Fernando Alvarado (EFE)

La dirección nacional del PP no está dispuesta a aceptar presiones ante la pretensión de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de presidir el PP de Madrid y las posiciones se mantienen inmóviles aun cuando el ruido interno se cuela, día tras día, en la labor de oposición de Pablo Casado.

Díaz Ayuso no afloja en su apuesta, pese a que no se rebaje la tensión y a tener en contra al aparato madrileño y al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que en una comida le dijo que sigue apostando por una tercera vía, donde ninguno de los dos presida el partido.

En Génova son tajantes. El presidente del PP no va a aceptar ningún tipo de presión y en ningún caso va a adelantar el congreso autonómico, que será en el primer semestre de 2022. En la dirección nacional no disimulan el hartazgo ante las continuas filtraciones, que atribuyen al ayusismo.

También es patente el enfado en la actual dirección del PP madrileño, en manos de Pío García-Escudero y Ana Camins. En el partido no se han sacado todavía la espina por el desplante de la presidenta al viajar a Estados Unidos coincidiendo con la convención nacional y tampoco han gustado las amenazas de demanda sembrando dudas sobre la legalidad de la dirección.

Ha dolido que la presidenta no haya reconocido el buen trabajo hecho para reflotar el partido, clave, dicen, en la victoria electoral del 4 de mayo y creen que Díaz Ayuso mira ante todo por sus propios intereses. Afirman incluso que se han roto todo los puentes. Y pretenden resistir.

Primarias a la vista

Enconadas las posiciones, el conflicto acerca el escenario de unas hipotéticas primarias, donde el quid está en la primera y la segunda vuelta. A priori Díaz Ayuso puede tener más fortaleza entre los afiliados, pero si no saca más del 50 % de los apoyos o adelanta por más de un 15 % a su adversario -el único con músculo para competir es Martínez-Almeida- en segundo término elegirían los compromisarios.

Y a nadie se le escapa que este escenario se vivió ya en las primarias del PP nacional tras la marcha de Mariano Rajoy, cuando Soraya Sáenz de Santamaría ganó en la votación de los afiliados, pero Pablo Casado se impuso en segunda vuelta tras inclinarse por él los afines a Dolores de Cospedal o lo que es lo mismo, el aparato.

Sol, sede del poder autonómico, no se plantea, incluso así, dar pasos atrás. El portavoz del Gobierno regional, Enrique Ossorio, ha dicho este jueves que aunque lo deseable es una candidatura de unidad no ve "ningún problema" en que haya primarias porque es bueno que hablen los militantes.

Otro de los escuderos de la presidenta madrileña, Alfonso Serrano, portavoz popular en la Asamblea de Madrid, ha apuntado que a todos los integrantes del PP les gustaría que se resuelva el conflicto lo que a su juicio pasa porque el congreso autonómico "se solucione cuanto antes".

Ruido y furia 

Entre tanto, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha reiterado que es "normal" que Díaz Ayuso pretenda dirigir el partido, porque "viene siendo habitual en el PP que esto ocurra, que los presidentes autonómicos presidan sus partidos". Para lo que, ha agregado, deben ganar el congreso.

Ha pedido Feijóo "bajar el ruido" porque "no beneficia a nadie, no beneficia al partido", y que las cosas "se sosieguen".

Pero sin movimientos, parece difícil que este ruido se acalle.

En Sol insisten en que el liderazgo de Ayuso normalizaría homologaría al partido con el resto de autonomías, pero en el PP madrileño niegan la mayor. Argumentan que Madrid no es Galicia, ni Andalucía, no son varias provincias y no existe un PP Ciudad de Madrid. Enarbolan además el ejemplo del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que ya ha confirmado que se buscará presidir el PP de Aragón.

La pugna se mueve además entre el simbolismo. El de la aparente sintonía entre la presidenta madrileña y el alcalde, que el pasado jueves comieron sin lograr sin embargo acercar posiciones, o el de las reuniones de Díaz Ayuso y del líder del PP, Pablo Casado, con sus respectivos grupos parlamentarios.

La presidenta madrileña se ha reunido este jueves antes del Pleno de Vallecas con su grupo, para mostrar unidad y trasladar un mensaje de "ilusión" y "confianza en el futuro", y Casado recibió ayer de sus diputados una ovación por su intervención parlamentaria en una cena que reunió casi al completo a su grupo.

En el Congreso, el PP se ha afanado en hablar de las cuentas públicas y ha negado incluso el conflicto con Ayuso, admitido por la propia presidenta, mientras que Andrea Levy, presidenta del Comité de Derechos y Garantías del PP y edil en la capital, ha asegurado que si hay problemas, habrá soluciones y que todo el mundo se va a "poner de acuerdo" por "el bien común".

Por el momento, no se ven visos por intentar destensar y conciliar posiciones, aunque tampoco se descartan acercamientos para evitar que el PP madrileño se abra en canal.

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