Carmen Corazzini, periodista de Telecinco: "Incluso en los peores asesinos hay destellos de humanidad"
Los asesinatos de Diana Quer o del niño Gabriel Cruz forman parte de un volumen recopilatorio donde Corazzini analiza las raíces del mal y cómo y por qué actúan los criminales a través de una decena de casos en España
Carmen Corazzini (Roma, 1992) lleva 15 años afincada en España, un país que ha abrazado como hogar. De madre española y padre italiano, es actualmente la presentadora del informativo matinal de Telecinco tras pasar por la meteorología. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, completó su formación con un máster en Criminología y estudios especializados en Terrorismo y Relaciones Internacionales, con un enfoque particular en la geopolítica. Docente universitaria y colaboradora del pódcast Juicios de Crímenes, con su libro lanzado en este año, Personas/Bestias, (RBA) Corazzini se adentra en la mente de los asesinos, ofreciendo un análisis profundo de la criminología, la psicología y la neurociencia detrás de los crímenes. Actualmente, prepara un segundo libro.
-En su libro Personas/Bestias, analiza los casos del celador de Olot, el descuartizador de Majadahonda, el joven criminal de Pioz ¿Qué le ha llevado a indagar en la mente de esos asesinos?
-La idea de Personas/Bestias surgió de mi necesidad de comprender qué impulsa a una persona a cometer actos tan extremos. Todo comenzó durante el confinamiento, un momento en que muchos buscábamos proyectos personales. Mientras algunos hacían pan, yo me sumergí en la investigación de casos criminales. Llevó años de trabajo, revisando cada caso con detalle, entrevistando expertos y estudiando expedientes. Mi objetivo era ir más allá de los titulares, entender las motivaciones detrás de estas conductas y acercar la criminología al público. El conocimiento es clave para prevenir, este libro busca que la sociedad esté mejor preparada para enfrentar estas realidades.
-Estamos en casos así ante unas "bestias"...
-Es la dualidad de la naturaleza humana. Nadie es solo una cosa, bueno o malo, puro o impuro. Cada persona tiene un lado humano, pero en ciertos casos, las circunstancias les llevan a convertirse en lo que llamamos “bestias”. Analizo cómo factores y contextos biológicos, sociales y psicológicos convergen para dar lugar a crímenes atroces. Desde la divulgación, no desde el morbo. Es un viaje para entender ese tránsito de la persona a la bestia, y viceversa, porque incluso en los peores asesinos hay un destello de humanidad.
-¿Cómo seleccionó las diez historias?
-Seleccioné casos que, por su brutalidad y resonancia social, han dejado una huella en España: el celador de Olot, que envenenó a once ancianos de un geriátrico; el descuartizador de Majadahonda; el asesino de Pioz, que mató a sus familiares con una frialdad escalofriante; o el horror sufrido por Diana Quer. Cada uno aporta una perspectiva única sobre la mente criminal. En el caso de Pioz, Patrick Nogueira me impactó por su crueldad extrema: que alguien puediera matar y burlarse en mensajes enviados a otra persona al mismo tiempo es perturbador. Su cerebro está descrito por los expertos "como un queso gruyere” por sus alteraciones, es un campo de estudio para entender las aristas biológicas del crimen. El asesinato de Diana Quer me tocó de forma más personal, porque como mujer joven me identifiqué con la vulnerabilidad de volver sola a casa. Ese "podría haberme pasado" te remueve.
-Usted habla de la violencia inherente en el colectivo humano...
-La violencia es parte de nuestra naturaleza, y la criminalidad ha existido siempre. Hay patrones que si no se identifican pueden perpetuarse. En Personas/Bestias abordo cómo el conocimiento sobre las sectas y sus técnicas de manipulación puede prevenir que alguien caiga en ellas.
-¿Se podría tener cierta mirada compasiva en determinados casos?
-La empatía es el hilo conductor del ibro. La empatía es lo que nos hace humanos y es lo que nos diferencia de quienes cometen crímenes sin remordimientos. El amor y la empatía son sanadores, son el motor de la humanidad. En cada “bestia” hay un punto que merece ser estudiado para entenderles, no para excusarles,
-¿Qué opinión le merecen las leyes y el sistema penitenciario español?
-El sistema penitenciario español es sólido y está orientado a la reinserción, que es un principio ético fundamental. La prisión permanente revisable, por ejemplo, está bien articulada para casos extremos donde el preso representa un peligro claro para la sociedad. Sin embargo, hay problemas: las cárceles no están preparadas para tratar a enfermos mentales, que a menudo se encuentran en centros saturados. Hace falta más inversión en programas de capacitación y salud mental. La reinserción funciona en muchos casos, pero con los psicópatas es casi imposible; no aprenden ni sienten remordimientos. En esos casos, la sociedad debe protegerse, pero sin perder la ética. No creo en la pena de muerte; arrebatar una vida no es la solución, y sería peligroso pensar que lo es
-¿El mal es innato o se desarrolla por las circunstancias?
-Nadie nace siendo un asesino. En Personas/Bestias exploro cómo todos tenemos la capacidad de elegir nuestro camino, pero las circunstancias pueden hacer que esa elección sea más difícil. Factores sociales, como un entorno familiar disfuncional, amistades o pobreza junto a condicionantes biológicos, como alteraciones cerebrales, crean un caldo de cultivo. Por supuesto, nada de eso justifica los actos; todos tenemos responsabilidad. Nunca busco justificar sino entender por qué alguien elige el camino del crimen y cómo podríamos haberlo evitado.
-Aborda el caso de Ana Julia Quezada, que ha regresado al primer plano, y la madre del niño asesinado, Gabriel, Patricia Ramírez.
-La actitud de Patricia es profundamente humana. Tras la tragedia de su hijo quiso estudiar criminología para intentar entender los porqués detrás de un asesinato tan devastador. Su historia refleja el deseo de transformar el dolor en conocimiento, de buscar respuestas más allá de la venganza. Su caso nos recuerda que las víctimas también son parte de esta narrativa y que su lucha por comprender puede inspirar cambios en la sociedad.
-¿El terrorismo esconde a muchos psicópatas?
-Los ejecutores no suelen tener psicopatía ni trastornos mentales, actúan por decisiones racionales, influenciados por ideologías, entornos. Eso los diferencia de los psicópatas, que actúan sin remordimientos. El terrorismo es un campo donde la prevención puede ser más efectiva, especialmente en jóvenes influenciables.
-¿Qué reflexión haría de su investigación?
-He querido mostrar que el mal no es un misterio insondable, sino algo que podemos estudiar, entender y, en muchos casos, prevenir.
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