PABLO LÓPEZ | CANTANTE

“Los Goya son una gran montaña y llevo herramientas para escalarla”

El cantante Pablo López en su última visita a Sevilla para presentar su canción 'Quasi' y cantar en la gala de los Goya.

El cantante Pablo López en su última visita a Sevilla para presentar su canción 'Quasi' y cantar en la gala de los Goya. / Antonio Pizarro

Pablo López (Málaga, 1984) se ha convertido en una de las principales estrellas del panorama musical nacional e internacional. Aunque no se considera profeta en su tierra, protagonizará, junto al cantaor Israel Fernández, uno de los principales momentos de la gala de los Goya, que se celebrará mañana en Sevilla. Su palmarés habla por él mismo: 10 discos de platino, seis de oro, su última gira ganó el Ondas en 2021 al Fenómeno Musical del Año y en 2022 compuso el último trabajo del inigualable Raphael.

–Ha sacado cuatro álbumes, ha producido un disco para Raphael, canta en los Goya. ¿Se siente profeta en su tierra?

–Tengo todavía un sentido y lo tendré siempre, incómodo incluso, de no sobreestimarme. Es cierto que la estima merece cualquier lugar, pero donde hablan mi idioma o piensan como yo, porque al fin y al cabo uno no puede huir del acento personal andaluz, siempre es como cantar delante de tu madre. No digo que no me sienta querido, pero tengo una autoexigencia tremenda y no podría decirte que me siento profeta en mi tierra. Me gusta estrenarme en general, no es una forma de falsa humildad, pero Andalucía me obliga a eso.

–Su nuevo tema 'Quasi' tiene ciertos sonidos electrónicos, parecidos a los del último trabajo del cantante belga Stromae. Se aleja del pop más melódico al que nos tiene acostumbrados.

–Me has dado en la cara, es como un bingo. Celebro lo que dices de Stromae y no se nunca explicarlo para que no se me malinterprete. He consumido mucho su música y es verdad que no rebusco entre todo lo nuevo que va saliendo y es buenísimo. La manera estética y musical que tiene Stromae de entender todo es maravillosa. Lo que me une a él es que se expresa sin complejos con la música. Es la primera vez que me he mostrado un poquito más incluso con la música que con la letra.

–¿Cuál es su relación con el piano?

–Intentado no caer en romanticismos forzados, te diría que es un medio de expresión. Si gozo de algún sueño que creo que atesoramos todos y que es un bilingüismo maternal, lo tengo con el piano.

–¿Qué pensaría el joven Pablo que tocaba en Londres si le viera ahora?

–No soy capaz de verme en esa cabeza pero creo que, obviando el paso de los años, se estaría mirando a un espejo. Albergo el Récord Guinness de la esencia por, a veces, torpe que sea. Tengo los mismos miedos, la misma vergüenza estúpida que me hace no poder decir algo a una persona, o el mismo temor a que algo que no ha pasado pueda suceder. Es una hipocondría mental que sigo teniendo. No tengo ningún ápice de diferencia. En lo que pueda ser un poquito de egoísta, de altruista, de misántropo o filántropo, estoy igual que en 2002 cuando vivía Londres.

–¿Cómo ha sido trabajar con Raphael?

–Está siendo, porque es curioso entrar en un mundo tan profundo que el rebote viene después. Estoy intentando sobrevivir a la vorágine de información que me he autoinflingido. Es un caramelo y un regalo tanta información para una cabeza como la mía. Ha sido un año y medio de obtener información de forma sana y de ver a una persona obsesionada con una idea y con la música. No conozco a nadie que ame tanto algo en el mundo. Es súper inspirador y es mi colega encima. 

–Ha escrito para David Bisbal, Bustamante, Malú, Raphael. ¿Qué artistas le gustaría que completaran esta lista?

–Me gustaría, sin decir un nombre, alguien que no sepa ni pretenda hablar español. Poder escribir en inglés, por ejemplo. Por poner una meta, un artista que no hable mi mismo idioma.

–¿Y algún dúo?

–Ya que estamos, con Stromae. Fliparía.

–¿Cómo afronta la actuación en la gala de los Goya?

–No lo se todavía, porque es una montaña muy grande y voy cargado de herramientas para escalarla. La afronto con el atractivo de que, teniendo respeto absoluto por lo que pasa, por la canción y por el que la escribió. Pocas veces me siento tan invitado a un lugar y encima en Andalucía. Cantaré una canción con Israel Fernández que, en cualquier fogata de verano en Málaga, se ha podido interpretar con una guitarra. Se que me lo voy a pasar bien todo el rato.

–¿Cómo será su nueva gira? Teniendo en cuenta que la anterior ganó un Ondas. El listón es alto.

–Arranco en Barcelona en el Palau Sant Jordi y créeme si te digo que no tengo memoria de lo que he vivido. No soy capaz de asimilar que vaya a venir gente. Imagina el punto de partida. Lo afronto escondiéndome en el lugar más bonito que existe, que es tocar, tocar y tocar. El único desafío que tengo es llevarme algún recuerdo a casa que me haga sonreír. No me acuerdo de ningún concierto en concreto. No se si es una autoprotección, pero tengo ese reto, porque es como si no hubiera tocado nunca. 

–¿Qué le siguen contando sus zapatos?

–Lo único que te puedo decir es que se llevan muy bien con las plantas de mis pies. Un mal entendimiento entre nuestras zapatas y nuestros zapatos es peligroso y, hoy por hoy, mis zapatas y mis zapatos se llevan bien. 

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