El hombre de carácter tímido y serio que entró como concejal en el Ayuntamiento de Córdoba en 2004 y por el que nadie apostaba cuando en 2019 aspiraba a ser alcalde con el PP ha hecho historia al conseguir que su partido gobierne por primera vez en dos mandatos consecutivos.

José María Bellido (Córdoba, 1977) estudió Derecho en la Universidad de Córdoba siguiendo el ejemplo de su padre y ya durante esa etapa fue representante estudiantil. Tiene un máster en Dirección de Recursos Humanos y organización por ESIC y un Programa de Alta Dirección de Empresas e Instituciones del Instituto Internacional San Telmo de Sevilla. Es el tercero de tres hermanos y su barrio de toda la vida ha sido Vallellano.

En 1996 -durante la primera legislatura de José María Aznar- se afilió al PP y en 1997 fue nombrado secretario de Educación y se incorporó al Comité Ejecutivo Provincial de Nuevas Generaciones (NNGG). En 1998 asumió el cargo de responsable de asociacionismo y representante ante el Consejo Local de la Juventud, mientras que en 1999 se incorporó al Comité Ejecutivo Provincial del PP de Córdoba como coordinador de la Oficina Parlamentaria.

Ese mismo año fue en la candidatura del PP a la Alcaldía de Córdoba en las elecciones municipales del 13 de junio de 1999, ocupando el número 18. Aunque no logró entrar en el Ayuntamiento, sí fue consejero en Vimcorsa.

En las siguientes elecciones, las de mayo de 2003, fue número 16 de la candidatura del PP a la Alcaldía de Córdoba, pero no fue hasta julio de 2004 cuando entró como concejal popular en el Consistorio.

Desde entonces ha estado vinculado a la política municipal. Antes de ser nombrado alcalde, su principal cargo había sido el de teniente de alcalde de Hacienda en el equipo de José Antonio Nieto, entre 2011 y 2015, donde le tocó lidiar con una difícil situación económica y los recortes impuestos por el Gobierno central.

Entre sus logros, consiguió sanear las arcas municipales, de forma que en 2016 el Ayuntamiento pudo volver a pedir créditos para inversiones, y también acabó con las demoras en los pagos a pagos a proveedores.

Mano derecha de Nieto y hombre disciplinado de partido, precisamente fue el exalcalde quien lo señaló como sucesor cuando éste se fue al Congreso de los Diputados. De manera discreta, se produjo una sucesión en la que poco a poco fue conformando su propio grupo de confianza, dando protagonismo a los concejales cuando era necesario y asumiendo en primera persona las cuestiones de calado.

Bellido es un hombre de gestión, de despacho, tranquilo y tímido, que de manera progresiva se ha abierto a los ciudadanos a través de sus redes sociales y en cada evento al que ha asistido durante su periodo en la Alcaldía. Su evolución en los últimos cuatro años con respecto a hablar en público y a conectar con la gente ha sido más que evidente.

Casado desde 2007 con Verónica Martos, compañera de partido y parlamentaria andaluza del PP, es padre de dos niñas, Alejandra y Martina. Ellas lo han acompañado en los grandes momentos de su carrera política y a ellas dedica el tiempo libre que le permite su cargo.

En su faceta más personal, se ha confesado fan de la saga de Star Wars -de hecho, durante el último carnaval se disfrazó de Darth Vader-, de la Fórmula 1 y del Real Madrid. También le gusta la saga de El señor de los anillos y la serie Juego de Tronos.

Pero también es un cordobita de pro: el salmorejo y el flamenquín están entre sus platos favoritos, Fuengirola es su lugar favorito de vacaciones y para descansar y Las Ermitas es la parte de la sierra cordobesa que más le gusta, la que visita cada vez que puede en familia o con amigos. Algunos de ellos los conserva desde su etapa estudiantil en el colegio Cervantes de Los Maristas.

Pero aún hay más porque Belli, como lo llaman sus amigos, es un apasionado de la Semana Santa de Córdoba y un devoto de la Hermandad de la Agonía, hace estación de penitencia con la Hermandad de la Buena Muerte y su mayor devoción es la de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.

Confiesa que el proyecto que más ilusión le ha hecho como alcalde es lograr que la Base Logística del Ejército de Tierra se instale en Córdoba, una iniciativa que traerá inversión y en la que tiene puestas muchas esperanzas para la transformación definitiva de la ciudad.