Manuel Alejandro Cardenete

Catedrático de Economía de la Universidad Loyola Andalucía

El coste económico de la investidura: 100.000 millones de euros para empezar

El autor pone en duda que el Gobierno que elija Pedro Sánchez sea capaz de afrontar el incremento del gasto publico que suponen los acuerdos firmados para posibilitar su elección

El coste económico de la investidura: 100.000 millones de euros para empezar

El coste económico de la investidura: 100.000 millones de euros para empezar

LA tercera legislatura de Sánchez casi no ha empezado, pero ya sabemos que puede costarnos más de 100.000 millones de euros. La estancia de Pedro Sánchez en la Moncloa va a ser una factura astronómica que vamos a pagar todos los españoles, ya que cada concesión del PSOE a sus socios de investidura se traduce en un nuevo mordisco a las arcas públicas.

Vamos por partes. El Gobierno ha aceptado la petición de ERC de que los españoles asuman el 20% de esta deuda, lo que supone que el resto del país deberá pagar 15.000 millones de euros de los que debe la Generalitat. Junts ha pedido el 19% de los fondos Next Generation. Por tanto, lo que pide Junts es que el Gobierno español derive 28.800 millones de euros de Europa a los presupuestos de la Generalitat. Además, ambos también han exigido un importante desembolso para poner fin al déficit fiscal de Cataluña. Pero hay más. BNG, los independentistas gallegos exigen que se incremente la inversión en Galicia en 2.000 millones de euros anuales, lo que en cuatro años de legislatura se traduce en 8.000 millones de euros.

El pacto de Gobierno de Sumar y el PSOE, aunque es bastante genérico, sí permite calcular cuánto van a costar varias medidas. Se especifica que se pondrá en marcha una nueva línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 2.500 millones de euros para ayudar a los jóvenes menores de 35 años para la compra de la primera vivienda habitual. También que la Administración General del Estado asuma el 50% del coste de la Dependencia, lo que implicaría elevar el gasto en este ámbito en 2.400 millones. Por otra parte, la actualización de las pensiones respecto al IPC supondrá un incremento de esta partida de 6.846 millones, según las previsiones del propio Ejecutivo (que lo sitúa en el 4% para 2024). Por otra parte, elevar la ayuda a la cooperación hasta alcanzar el 0,7% del PIB –ahora está en el 0,3%–, o sea, serán otros 5.200 millones más de gasto. Y finalmente, la asunción del 20% de la deuda de Cataluña han hecho que las gobernadas por el Partido Popular hayan exigido que a ellas se les condone también el 20% de su deuda.

Solo con todo lo anterior, ya suman más de 100.000 millones de euros. Pero hay más. En el Debate de Investidura, el presidente Sánchez relató otras medidas que están fuera de los pactos con los partidos que sostendrán el gobierno y de las que desconocemos sus montantes económicos. A saber: prorrogar la rebaja del IVA del de los alimentos de primera necesidad (aquí no es tanto un gasto sino un ingreso a las arcas que se deja de cobrar); la gratuidad en el transporte público de jóvenes, adultos mayores y desempleados; la habilitación de 183.000 viviendas públicas para alquiles a precio asequible y el fondo para la ayuda a víctimas menores de abusos por parte de personas vinculadas a la Iglesia, entre otras.

Y todo esto en un contexto de ralentización económica. Desconozco de dónde va a ser tanto fondo para tanto desembolso. Cuando las previsiones de crecimiento para 2024 siguen menguando y la Comisión Europea ya ha advertido de que tiene que recortar gastos para cumplir con el objetivo de déficit público. De momento le pide 6.000 millones de euros en dos años… ¡Pero si esto no es ni el importe cerrado con el BNG para toda la legislatura!

En mi experiencia por mi paso por la política, logré evaluar que lo máximo que un partido en la oposición cuyos votos sean fundamentales para la aprobación de un presupuesto no suele elevar sus peticiones más allá de un 5% del presupuesto que finalmente se apruebe. Los primeros cálculos de la factura que le han pasado a Sánchez llega casi al 16%. Gestionar esto con una disminución de la recaudación por la caída del PIB se hace imposible. No tengo claro en estos momentos que el Gobierno sea capaz de desplegar todo este incremento del gasto público que gran parte de él se va a convertir en estructural. Es decir, que ya se incluirá en las cuentas públicas de aquí en adelante. Estaremos atentos. Muchos hablan de legislatura larga. Yo no lo vaticino. Pero no por razones políticas. Sino porque no va a haber quien pague la ronda. Y después vendrán los enfados y las pataletas. Como los que vimos en el Congreso de los Diputados en la investidura. Estaremos atentos.

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