Cuatro años de crisis acaban con más de 40.000 empresas en Andalucía

Lejos quedaron los años en los que Andalucía presumía de tener más de medio millón de empresas. Aunque la mayor parte de ellas eran de pequeño tamaño, la comunidad lo exhibía como muestra de la bonanza económica que experimentaba, sobre todo, de la mano del boom inmobiliario. Sin embargo, el pinchazo de la burbuja en 2007 y el posterior deterioro de la economía y las finanzas mundiales han asestado un fuerte golpe a un sector empresarial que empezaba a dar a luz compañías -aunque pocas- internacionalizadas y de primer nivel.

La comunidad perdió la cifra mágica de las 500.000 enseñas en 2009 y, hoy por hoy, se antoja difícil que vuelva a recuperar esa cota porque la sangría se acentúa año a año. Actualmente, Andalucía cuenta exactamente con 482.334 firmas, según los datos del Directorio Central de Empresas (Dirce) del Instituto Nacional de Estadística (INE) a cierre de 2011. Esto supone que, desde el estallido de la crisis en 2007, la región se ha dejado por el camino 40.481 compañías, mientras que en España la cifra ha ascendido a 222.622. Andalucía ostentó el dudoso honor de abanderar el 18,18% de los cierres en ese periodo de cuatro años.

En este contexto, el ejercicio 2011 fue especialmente duro. Y es que casi se duplicó el número de firmas que desaparecieron en la comunidad con respecto a 2010: 10.007 frente a 6.238. Puestas sobre el tablero nacional, las cifras andaluzas presentan aún más dramatismo. Si en España la crisis se llevó por delante a 50.959 empresas en 2011, casi el 20% del total -concretamente el 19,63%- lo acaparó Andalucía. Ninguna otra comunidad tuvo un protagonismo mayor. Cataluña fue a la zaga con 9.609 empresas menos, mientras que el País Vasco se situó a cierta distancia con un recorte de 6.491, y Madrid presentó mucho mejor comportamiento, con 2.571 menos.

Comparativamente, el tejido productivo andaluz se resintió más que el nacional en 2011: la comunidad perdió un 2,03% de enseñas, hasta las mencionadas 482.334, frente al recorte del 1,6% español, que dejó el panorama en 3,19 millones de compañías.

Por sectores de actividad, pese a que todas las actividades notaron el impacto de la desfavorable coyuntura económica, fue el batacazo experimentado por la construcción el que más se dejó notar tanto en los datos nacionales como en los andaluces. En el primer caso, el cierre de empresas relacionadas con el ladrillo acaparó ni más ni menos que el 41% de los cierres. Esto se traduce en 24.822 enseñas menos en 2011 del total de 59.959 que se perdieron. En definitiva, siguieron activas 462.402. Trasladado al caso andaluz, la cosa pintó de manera parecida. El 42,83% del tejido global que se quedó por el camino (esas 10.007 firmas) lo hizo de la mano de la construcción y el sector inmobiliario, con lo que aguantaron el tirón 61.289.

La industria y el comercio también presentaron importantes abandonos. En Andalucía echaron el cierre más de 1.000 empresas del primer ámbito y casi 2.000 del segundo, mientras que a nivel nacional los recortes ascendieron a cerca de 6.000 firmas y más de 8.000, respectivamente. No hubo ni un solo refugio para los empresarios a salvo de la tormenta.

Mirando el escenario desde la perspectiva de las compañías supervivientes, uno de los factores que más llama la atención es el escaso tamaño de las que siguen activas. Los datos de la estadística del INE apuntan que la mitad de las empresas de España -concretamente el 55,16%- no cuentan con un solo asalariado, lo que se debe a la alta presencia de autónomos y a que muchas sociedades no tienen actividad, sino que son interpuestas. La cifra se eleva a 1,76 millones de firmas. En el ámbito andaluz, se reproduce la estampa: el 53,86% del total no crea trabajo para terceros, esto es, 259.816 enseñas.

Si a esto se suma que otro amplio porcentaje de empresas sólo emplean a uno o dos asalariados -el 27,11% en España y el 28,61% en Andalucía- resulta que ocho de cada diez compañías, es decir, el 82,47% del total, cuentan con una estructura muy reducida al tener menos de dos empleados. La presencia de grandes corporaciones es meramente testimonial en el caso de la comunidad andaluza, ya que sólo constan dos compañías con más de 5.000 trabajadores de entre las 105 que hay en el país, una cifra también reducida para una economía del tamaño de la española.