Cajasur cede su negocio a BBK

Cambio histórico en Cajasur. La asamblea general de la entidad aprobó ayer la cesión global de los activos y pasivos que integran el patrimonio de la caja cordobesa en el banco instrumental BBK Bank, que operará con el nombre comercial de Banco Cajasur. La integración pone fin a 150 años de historia y es la consecuencia directa de la adjudicación del negocio de Cajasur a la BBK vasca después de la intervención del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria efectuada tras la negativa del consejo de administración de la entidad cordobesa a acometer la fusión con Unicaja, que se había planteado como tabla de salvación para la caja cordobesa.

Esta intervención propició que el FROB realizara un plan de reestructuración de Cajasur y que una vez que llegara BBK, la caja más solvente de España, se pudiera garantizar la utilización más eficaz de los recursos públicos. El FROB inyectó el pasado 17 de junio 800 millones de euros en cuotas participadas de la entidad cordobesa para garantizarse la cesión global de los activos y el pasivo de la entidad intervenida sin contratiempos, pues la adquisición de las cuotas daba al FROB el 100% de los derechos políticos de la asamblea. Es decir, ayer sólo valían los votos de los administradores del FROB, los 130 consejeros que asistieron -son 160 en total- tuvieron voz pero su voto no tenía efectos prácticos. No obstante, esta cesión del negocio de Cajasur no tendrá efectos legales hasta el próximo 1 de enero, ya que la andadura del nuevo Banco Cajasur comenzará con el ejercicio entrante. El nuevo director general de Cajasur, Carlos Pla, manifestó ayer a la salida de la asamblea que el encuentro había transcurrido "muy bien", aunque aplazó cualquier otro tipo de declaración a más adelante. Es lógico, pues la postura de BBK será la de la discrección y el silencio hasta que sean dueños de pleno derecho del Banco Cajasur.

Los activos y pasivos de Cajasur cedidos ayer a BBK han sido valorados según el balance auditado a 31 de agosto de 2010, que también ha sido sometido a aprobación de la asamblea, y que registra pérdidas de 852,2 millones de euros. No obstante, esta cifra no recoge los apoyos financieros que aporta el FROB a través de un esquema de protección de activos. No hay que olvidar que Cajasur cerró 2009 con pérdidas de 596 millones de euros y que su deterioro durante el último año ha sido muy importante, ya que, según las fuentes consultadas, las tasas de morosidad podrían irse por encima del 15% al cierre de 2009. Las mismas fuentes señalaron que el hecho de que Cajasur se estuviera preparando para la fusión con Unicaja hizo que aflorara la dramática situación en la que estaba la entidad, pese a que su último presidente, Santiago Gómez Sierra, apuntó en la asamblea de diciembre de 2009 que las pérdidas del balance se debían a las dotaciones y que de no haberse realizado éstas dotaciones previas a la unión con la entidad malagueña la caja "hubiera dado beneficio". En este sentido, el ex vicepresidente de la caja, Salvador Blanco, apeló a la responsabilidad que tuvieron entonces los técnicos de la entidad, que supieron ofrecer una contabilidad realista de cómo estaba Cajasur. Aparte, la asamblea sometió a examen y aprobación las cuentas anuales, el informe de gestión y la gestión del consejo de administración durante el pasado ejercicio. Sin embargo, no se aprobaron ni la gestión ni el informe formulado por el anterior consejo.

Pese a que los consejeros generales de la entidad no tenían voto, si pudieron manifestarse en la asamblea. Y lo hicieron los representantes de los distintos grupos representados en la misma. La valoración más esperada era la del Cabildo. Dos de sus consejeros intervinieron ayer en la asamblea, según las fuentes consultadas, en dos líneas bien diferenciadas. El ex vicepresidente de la caja, Fernando Cruz Conde, manifestó la disconformidad de la Iglesia con la valoración dada a Cajasur y recordó que el Cabildo reclama sus derechos históricos a través de una demanda presentada en la Audiencia Nacional. Por otra parte, el también canónigo y ex miembro del consejo de administración de Cajasur, Alfredo Montes, cargó contra el proceso de fusión y la forma de gestionarlo que llevaron tanto Unicaja como el lado político del extinto consejo de administración de la entidad, cuyas cabezas más visibles eran los vicepresidentes Salvador Blanco y Juan Ojeda y el secretario provincial del PSOE, Juan Pablo Durán. Sin embargo, las fuentes consultadas apuntan a que Montes, que "fue muy duro", no dio nombres, aunque todos los presentes sabían a quienes se refería.

Tras la asamblea, los representantes del Cabildo, que propiciaron la intervención de Cajasur con su voto en contra, enviaron un comunicado en el que explicaban la presentación de un escrito en el que mostraban su "desacuerdo con el proceso que llevará a la transmisión definitiva de los activos y pasivos de la caja a la BBK y con la forma en la que se ha planteado la asamblea". En la citada comunicación, remitida por el Obispado de Córdoba, "la entidad fundadora de Cajasur se reafirma en las decisiones tomadas" porque con ellas "se ha pretendido siempre la estabilidad y conservación de los puestos de trabajo, el interés de Córdoba y su provincia, así como defender la Obra Social".

Nada ha cambiado la postura de la Iglesia en el asunto Cajasur, pues aún ayer lamentaban "que no se dejara a Cajasur actuar con libertad y autonomía a la hora de reestructurarse y de buscar otra entidad con la que realizar la fusión". Con estas declaraciones, el Cabildo hacía referencia a que en su momento no pudieron emprender un proceso de fusión con Caja Murcia. Sin embargo, el Cabildo no precisa que la hipótesis de la entidad murciana no pasó nunca por el consejo de administración y que no tenía cobertura legal. En cualquier caso, el Cabildo insiste en que lo que antes se veía como un imposible -fusiones entre entidades de comunidades distintas- hoy es una realidad para otras entidades andaluzas -en relación a los procesos seguidos por Cajasol y Caja Granada-, a las que sí se les ha permitido fusionarse con cajas de otras comunidades.

Todos estos argumentos fueron rebatidos por Salvador Blanco, que fue el encargado de representar en su intervención en la asamblea a los consejeros que se mostraron partidarios de la fusión. En su intervención destacó que descartar la fusión con Unicaja fue un error y que la frustración de esta unión "es la peor noticia que se ha dado en Córdoba en 100 años". Blanco cargó contra la actitud rupturista de la Iglesia el proceso y acusó al Cabildo de "poner zancadillas" a la fusión defendiendo lo indefendible. A la intervención de Salvador Blanco, se sumaron las de IU, formación por la que habló la diputada Elena Cortés; los sindicatos: Aspromonte, CCOO y UGT, y los impositores.