Berlusconi apremia a los agentes sociales para cerrar las reformas

El Gobierno italiano convocó ayer por segunda vez a patronal y sindicatos para abordar las nuevas reformas económicas y la aceleración de algunas de las que contiene su último plan de austeridad anunciado el viernes por el primer ministro, Silvio Berlusconi. Pese a las prisas que imponen los mercados, el pacto social por la estabilidad y el crecimiento económico se congeló hasta septiembre en la primera cita de hace una semana. Las condiciones del Banco Central Europeo (BCE) para comprar bonos de Italia hacen aún más urgente la necesidad de diálogo con los agentes sociales. El objetivo es cerrar un acuerdo sobre la mayor parte del paquete para que el Ejecutivo pueda aprobar las reformas necesarias en forma de decreto ley ya la semana que viene en un posible Consejo de Ministros extraordinario que dé paso sin dilaciones a la tramitación parlamentaria.

El Gobierno adelantaría así un año el objetivo de equilibrio presupuestario, que ahora se deberá alcanzar en 2013. El plan prevé recortes de gasto y aumentos de impuestos hasta alcanzar 79.000 millones. Entre las posibilidades que baraja el Ejecutivo se plantea la imposición de un gravamen adicional sobre la segunda vivienda, así como un aumento de los impuestos sobre los rendimientos financieros y sobre el patrimonio del contribuyente. El Ejecutivo se plantea también adelantar el proceso que retrasará la edad de jubilación vinculándola a la esperanza de vida, así como la privatización de empresas municipales y la venta de parte de las participaciones del Estado en algunas empresas que ya cuentan con capital privado, tal y como le recomendó por carta el propio BCE.