Una vuelta nefasta fuerza la gesta

El área pequeña

Empezando por la visita al Roquetas, rival este momingo, el Lucena ha ido cavando su tumba en esta virtual mitad del campeonato · Nene, Juani, Gutiérrez y Monteagudo han asistido al desplome desde el banquillo

Raúl Díaz / Córdoba

14 de abril 2009 - 05:02

Todo empezó en el Antonio Peroles. El Lucena encaró el desplazamiento al estadio del Roquetas con cinco puntos de renta sobre el cuadro almeriense y el Antequera, ubicados en la plaza de play out y ya en la zona de descenso, respectivamente. De allí salió escaldado (3-0) y con el entrenador sentenciado: Antonio Montero fue destituido días después. En los 19 partidos que preceden al nuevo duelo con el Roquetas (Ciudad Deportiva, domingo, 12:30), nadie ha sido capaz de detener la caída libre: ni Nene, ni Juani (entrenador interino en la jornada 17, en la derrota por 2-3 ante el Granada 74), ni Antonio Gutiérrez ni Alberto Monteagudo. En total, el equipo ha obtenido 13 puntos en esta vuelta virtual, lo que arrojaría 26 puntos en una Liga completa. Una miseria. Números de descenso. Por eso no es de extrañar que el conjunto aracelitano haya ido metiendo los pies en el barro hasta verse, a falta de sólo cuatro encuentros, con la soga al cuello. A expensas de un proeza sin igual.

La derrota en Guadalajara ha minado la moral de la tropa aún más. Si apenas había margen de error tras caer ante la Balompédica Linense, ¿qué decir después del 2-0 encajado en el Pedro Escartín? Ya van 12 jornadas sin ganar, lo que supera el récord negativo de un Celta que dejó en 11 la serie de compromisos consecutivos sin cantar victoria. A costa del Córdoba, claro.

El proyecto construido desde el despacho por Rafael Rojas se ha derrumbado en los cuatro últimos meses. Las tres únicas alegrías en este ciclo se condensaron en los cinco primeros partidos dirigidos por Gutiérrez: 1-2 al Portuense, 3-1 al San Fernando y 2-1 al Linares. Entre medias, un empate con el Conquense. Así, con una sola derrota en cinco choques, el Lucena disfrutaba de unas vistas espectaculares: nueve puntos de ventaja sobre el Antequera, el Écija y el Granada 74, todos metidos en el fango.

Pero todo ha ido a peor desde el 25 de enero, fecha del duelo con el Linares. Tres míseras igualadas y nueve derrotas, tres de ellas consecutivas, han puesto al equipo en una auténtica encrucijada. El estreno de Monteagudo (2-2 con el Poli Ejido) tras el cese de Gutiérrez sólo fue un espejismo.

El Lucena aún debe recibir al Roquetas y el Portuense y visitar al Granada 74 y el Conquense, en el cierre del campeonato. El equipo ya no sólo depende de una reacción encomiable, sino que necesita que los rivales directos se dejen puntos en el camino. El próximo fin de semana estará muy atento al desenlace de numerosos cruces: Écija-Marbella, Linares-Conquense, Melilla-San Fernando, Puertollano-Granada 74, Ceuta-Portuense y un interesantísimo -se juegan mucho- Antequera-Balompédica Linense. Hay muchos implicados, pero la desventaja asusta: seis puntos con respecto a la primera plaza que otorga la permanencia, en poder del San Fernando, y cuatro menos que el Antequera, ahora mismo condenado -bendito castigo- a disputar el play out.

DOS MÁS, DOS MENOS

La plantilla del Lucena tragó saliva durante la jornada de ayer. Una semana más, el día libre resultó amargo. El grupo retomará el trabajo esta tarde a partir de las 16:30. Monteagudo recupera a dos centrocampistas versátiles como Sergio Ortiz y Adriano tras cumplir ambos un partido de sanción por acumulación de amonestaciones, aunque pierde por el mismo motivo al portero Toni García y al lateral izquierdo Pérez. Revuelta volverá a enfundarse los guantes ante el Roquetas, precisamente el equipo que asistió a su debut aquella lejana mañana del 7 de diciembre. Cuando el clasificación decía otra cosa.

LA MORAL DE LA CABEZA

Ya son cuatro los equipos clasificados para la fase de ascenso a Segunda. El Alcoyano ha reforzado su moral al unirse al Cádiz, el Real Unión y el Villarreal B, los primeros en sacar el billete. Por su parte, el Valladolid B, el Villa de Santa Brígida, el Ibiza-Eivissa y la Balona, colistas de cada uno de los grupos, están a punto de certificar el acta de defunción. Tercera está ahí, a la vuelta de la esquina.

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