Una trayectoria ascendente
José Luis Munuera Montero es el primer árbitro del colegio cordobés que asciende a Primera División tras la retirada de Rafael Ramírez Domínguez en la temporada 2011-2012
Imagínese. Está a punto de empezar el partido de la jornada. Lo va a vivir en el campo o bien en el sofá de su casa. Los jugadores tanto de su equipo como del rival ya están sobre el terreno de juego, y de un momento a otro, una figura vestida de amarillo pasará a ser el blanco de sus improperios o halagos, según si las decisiones que tome le parecen acertadas o no. El protagonista de esta historia es uno de ellos, alguien que disfruta cada vez que salta al césped, alguien que merece el mismo respeto que usted, que lo ve desde la grada o desde casa con una bolsa de pipas y una cerveza, alguien que luchó muy duro para llegar a conseguir su sueño: ser árbitro de Primera División.
José Luis Munuera Montero, natural de Jaén e hijo adoptivo de Córdoba, ciudad a la que tuvo que mudarse por motivos laborales, y donde se inscribió en el Colegio de Árbitros, cumple esta temporada la meta que se marcó cuando era sólo un niño, llegar a dirigir un partido en la máxima categoría del fútbol nacional. "Mirar hacia atrás y ver que ese sueño que tienes con 16 años, en el que todo niño se ve reflejado, se hace realidad es una sensación de alegría inmensa", afirma José Luis recordando su pasado, algo que no olvidará nunca.
La nostalgia invade la mente de José Luis al recordar sus comienzos, aquellos en los que tuvo que superar pruebas complicadas, pero que finalmente gracias a su enorme esfuerzo y ambición consiguió sacar adelante. "La cosa es que entré en el colectivo arbitral porque jugaba al fútbol cuando tenía 15 años y el equipo de mi colegio desapareció. Entonces, teniendo en cuenta que dos de mis hermanos mayores eran árbitros, decidí meterme. Lo vi como una forma de seguir vinculado al fútbol, que me gusta muchísimo. He pasado por diversas categorías, primero como auxiliar y después como oficial. Arbitré en Regional, luego pasé a Preferente, después en Tercera estuve cinco años y tres cursos de ascenso, más tarde estuve tres años en Segunda B, otros tres años en Segunda, y ahora ha llegado por fin el sueño de conseguir el ascenso a Primera, después de 18 años en el arbitraje".
Constante, profesional, luchador y amante de su trabajo, Munuera se ve capacitado para el reto que supone arbitrar en Primera, con equipos de talla mundial. "Estoy preparado. La experiencia me la dan los años. He estado en muchos partidos, en muchas categorías, cogiendo una buena base y el reto es muy importante, exige mucha responsabilidad, pero tanto mi equipo como yo nos vemos capacitados para sacarlo adelante".
El colegiado jienense, perteneciente al Colegio de Árbitros de Córdoba, tiene claro que su meta es estar "el máximo número de años posibles en Primera División", y para ello, durante su formación tuvo claro sus referentes, que siempre han sido árbitros andaluces. "Me acuerdo de Luis Medina Cantalejo, Rafael Ramírez Domínguez o David Fernández Borbalán por decirte algunos. Sin embargo, de pequeño, uno de mis principales referentes era Alberto Undiano Mallenco, al cual la vida ha querido que después de 12 años tenga la suerte de haberlo conocido la semana pasada en las pruebas físicas de Santander".
Un aspecto importante que destaca José Luis es el hecho de que los árbitros deben ser respetados y tratados como deportistas de élite. "Queremos que nos vean como deportistas, que es lo que somos. Se nos exigen unas pruebas de nivel cada dos meses y medio, donde debemos tener unas condiciones físicas muy altas, además de superar exámenes. Somos unos deportistas más y queremos hacer bien nuestro trabajo", asegura.
Como toda persona, José Luis ha tenido momentos mejores y peores a lo largo de su carrera deportiva. Así, expresa que su mejor momento es "el ascenso a Primera División, puesto que me supone una alegría inmensa", mientras que el peor le supuso un golpe anímico importante. "El peor fue, sin lugar a dudas, el día que murió Ernesto Crespo, delegado del Comité de Árbitros de Córdoba. Fue muy duro porque era una persona que me ayudó muchísimo".
Tras aterrizar en Primera esta temporada y lograr el trofeo Vicente Acebedo como mejor colegiado de Segunda División el año pasado, gracias a su esfuerzo y dedicación, Munuera expresa que "sería un sueño arbitrar un clásico. Ojalá algún día se pueda hacer realidad". A pesar de llegar a lo más alto, José Luis no se olvida de la formación de los jóvenes de cara y siempre da el mismo consejo: "Les digo que no busquen el éxito, sino la felicidad, que disfruten de las categorías en las que estén".
Preguntado por la necesidad de endurecer o no el reglamento con respecto a la violencia en los terrenos de juego, Munuera Montero es tajante: "Es un asunto muy desagradable, cada vez se están llevando a cabo más acciones para contrarrestar esto. La semana pasada en Santander se pusieron nuevas modificaciones. Entre las que hay este año, por ejemplo, consta que cualquier insulto o agresión que sufra un árbitro durante un partido por parte de un jugador se castigará como tiro libre directo y si se produce dentro del área se castigará como penalti y expulsión del jugador. Son varias las modificaciones que se han hecho pero esta es de las más reseñables".
José Luis es la viva imagen de un sueño hecho realidad. Un objetivo que se marcó hace 18 años, cuando comenzaba en el mundo del arbitraje y que le ha permitido llegar esta temporada a Primera División. Ya saben, si tienen un sueño aférrense a él y luchen con todas sus fuerzas porque no sólo es difícil alcanzar un sueño, sino que también hay que trabajar para mantenerlo.
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