La trampa de Calderón

El base extremeño ve cómo el proyecto de los Raptors, con los que tiene contrato hasta el curso 2012-13, se diluye hacia la reconstrucción en una cadena de derrotas

Javier Dale / Córdoba

01 de marzo 2009 - 05:02

A sus 27 años, José Manuel Calderón cumple el primero de los cinco años de contrato que le quedan con los Toronto Raptors tras la renovación que suscribió este verano por valor de 40 millones de dólares. Para hacer factible la continuidad del extremeño, el director de operaciones de la franquicia canadiense, Jerry Colangelo, movió el roster de los Raptors traspasando a T.J. Ford, el base que cerraba el camino de la titularidad de Calde, a Indiana a cambio de Jermaine O'Neal. Con él, el español, la estrella consolidada Chris Bosh y Bargnani, Toronto completaba un póker de presente y futuro para asaltar el play off en el Este. Sin embargo, el rendimiento de O'Neal fue frustrante, hasta el punto de provocar su traspaso, Calderón se ha perdido 14 partidos por lesión, Bargnani ha tardado en explotar y Chris Bosh ha pedido a la franquicia que le ponga en el mercado. El resultado final es que Toronto tiene hoy el segundo peor récord de su Conferencia y el octavo por la cola de la Liga. Y los Raptors, de súbito, se han convertido en una trampa.

Colangelo cerró a principios de febrero un movimiento que define el futuro de la plantilla: traspasar a Jermaine O'Neal a Miami a cambio de Shawn Marion. El intercambio esconde dos realidades: la primera, que la apuesta de verano de 2008, por fallida, ya ha caducado. La segunda, que Toronto empezará este verano una reconstrucción significativa. Marion, un jugador interesante, termina contrato al término de este curso, y se convertirá en agente libre sin restricciones. En otras palabras, que los Raptors liberarán su salario -17 millones de dólares: el undécimo más alto de la Liga, según hoopshype.com-, lo que unido al fin de contrato de Anthony Parker, dejará a la franquicia canadiense en posición de hacer un movimiento importante en el mercado -la posible salida de Bosh- y lo suficientemente por debajo del límite salarial como para afrontar la contratación de algún agente libre en un mercado del que formarán parte Mike Bibby, Anderson Varejao, Rasheed Wallace, Allen Iverson o Carlos Boozer. Y esa tesitura, en términos NBA, sólo admite una definición: reconstrucción.

Así, la situación de Calderón remite a la que vivió Pau Gasol al poco de renovar multianualmente con los Grizzlies en 2004. Memphis era entonces una franquicia de play off, pero tuvo que iniciar la reconstrucción al término de esa temporada. La salida de Posey, Battier, Williams y Wright llevó a la franquicia de Tennessee al fondo de la Liga y a un proceso de configuración de proyecto que aún perdura. Y el catalán, que empezó a pedir un cambio de aires en el otoño de 2006, acabó recalando en los Lakers cuatro años después de suscribir su renovación. Para el base de los Raptors, la situación es similar. Atado deportivamente a Toronto hasta 2013 -entonces Calderón tendrá 32 años- el director de juego de la selección española puede ser tanto pieza clave como víctima de la reestructuración del equipo de Canadá. Si todo sale bien y Toronto vuelve al play off en dos años, la apuesta del extremeño será bien recibida. Si no, en el mismo periodo de tiempo, Calde buscará la salida.

No obstante, para ello deberá mejorar sus números. Por lo pronto, la apuesta de los Raptors por Calderón no ha surtido el efecto deseado. El base, ya titular indiscutible, está ofreciendo números similares a los del pasado curso, cuando este año se le exigía un paso al frente. Las constantes molestias que padece han minimizado su rendimiento, es cierto, pero también lo es que hace un año fue un serio candidato al All Star, mientras este curso ni siquiera ha entrado en las quinielas de seleccionables. Su incidencia en el balance de victorias del equipo ha sido mínima -sin él, los Raptors han logrado un 35% de victorias; con él, un 40%, para un 39% de triunfos global- y sus números han decrecido conforme avanzaba la temporada: de las 9,6 asistencias por choque que promedió en noviembre ha pasado a las 7,9 que suma en febrero. Su ratio de asistencias por pérdida, sin embargo, sigue siendo de los mejores de la NBA: 4,22 pases de canasta por balón perdido. Pero sus números describen una línea de continuidad, no una evolución.

Así, y con la temporada perdida, Calde deberá estar atento a tres frentes el próximo verano: la elección del Draft de los Raptors -Draftexpress.com sugiere que le harán con el base-escolta de Wake Forest Jeff Teague-, la situación de Bosh y los movimientos de Toronto en el mercado estival. Todo ello definirá si los Raptors se convertirán o no en una trampa para Calderón.

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