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Y tras la tempestad, fútbol

  • Semana movida Los aracelitanos viajan a Ceuta tras unos días marcados por el cruce de acusaciones entre Montero y la directiva Objetivo La Copa, nueva meta

Vaya semanita han tenido en Lucena, quizás la más caliente de una temporada en la que el termostato ha estado siempre por encima de los índices acosejados. La salvación conseguida en El Puerto de Santa María y los dardos teledirigidos de Antonio Montero en la sala de prensa construyeron un escenario de tensión con el propio técnico y la directiva como protagonistas.

Todo explotó el pasado domingo, cuando, espoleada por la manita ante el Betis B, la grada de la Ciudad Deportiva votó en su referéndum particular a favor del técnico. A partir de ahí, el cruce de declaraciones entre unos y otros se llevó por delante al director deportivo, Ricardo Albis, y todo con la delicada situación económica del club como telón de fondo. Casi nada.

Y resulta que después de esa tormenta perfecta hay fútbol. Con tantos frentes abiertos en el seno del Lucena, nadie se ha acordado del Ceuta, el primero de los últimos tres compromisos que aguardan al conjunto azulino con su nuevo objetivo a la vista: la Copa del Rey.

Desde luego, el reto no es nada sencillo. Noveno con 51 puntos, el Lucena tiene a cinco la quinta plaza del Granada, una diferencia que se antoja demasiado grande a estas alturas de la temporada. Y para empezar ese camino, el Ceuta no parece el mejor cliente posible.

Porque el conjunto norteafricano espera certificar hoy matemáticamente su presencia en la fase de ascenso, virtual desde hace varias semanas. Segundo con 63 puntos, el Ceuta ha encadenado una fantástica serie de seis triunfos consecutivos, que se alargan hasta ocho en las últimas diez jornadas con apenas un par de empates de por medio. De 30 puntos posibles, 26 al saco, unos números de ensueño.

Por si eso fuera poco, el Lucena tendrá otro contratiempo: la duda de Toni García. El portero cordobés, el único hombre que ha jugado todos los partidos de liga, sufrió esta semana una contractura del bíceps femoral derecho que le ha hecho ser duda hasta última hora, pero el meta ya ha dejado claro que "si jugué en Talavera con un dedo roto, estoy decidido a jugar en Ceuta". Quizás ése sea el mejor espíritu, el del fútbol por encima de todo.

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