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El más tarjeteado a mucha distancia

  • El Córdoba ha recibido 67 amarillas y suma 12 más que el Alavés, el segundo equipo más amonestado

Para echarse a temblar. El Córdoba ha visto ya 67 cartulinas amarillas a manos de los árbitros. Una media de 4,18 por encuentro. Una barbaridad que, por sí sola, no dice mucho, pero que gana cuando se la compara con los datos del resto de los equipos de Segunda.

No sólo son los blanquiverdes los que más veces han sido amonestados en la categoría, sino que, después del carrusel de Bernabé García en Jerez, ya distancian en 12 tarjetas al segundo clasificado de esta ominosa lista.

El Alavés, el Granada 74 y Las Palmas forman el grupo de teóricos perseguidores en pos de tan poco meritorio título. Y únicamente han visto el color amarillo 55 veces.

Al menos, triste consuelo, el Córdoba no es el conjunto que más veces se ha quedado con un hombre menos antes del pitido final. El triste récord en ese apartado lo tiene el Cádiz, con ocho expulsiones (¡le echan a un jugador cada dos partidos!). Pero el cuadro de Paco Jémez no está muy lejos de la cima en esa tabla teñida de rojo. Cinco veces, todas ellas por doble amarilla, han tenido que desfilar profesionales de blanco y verde hacia la caseta en solitario.

Pablo Ruiz, quien ya ha sufrido ese castigo en dos ocasiones, sí que encabeza (junto con Gonzalo Vicente, Diego Costa, Txiki y Cobas) el listado de largados por la vía rápida. El sevillano, con siete amarillas, sólo es superado por el jugador del Granada 74 Torrecilla en cuanto al total de tarjetas recibidas hasta la fecha.

Datos que invitan a la reflexión. ¿Son muy duros los árbitros con el juego del Córdoba? ¿Pierde demasiado las formas el equipo blanquiverde? ¿Es tan agresivo el estilo de Paco Jémez?

Un poco de todo y un mucho de nada. Precisamente el propio Paco ha sufrido hasta en dos ocasiones los rigores de los árbitros cuando, exacerbado y fuera de sus casillas por las circunstancias del juego, ha estallado desde la banda. Él y alguno de los que han llegado a compartir banquillo a su lado. Porque no es normal (ningún equipo de la categoría puede -ni es fácil que alguno lo logre- emular esa cifra) que dos profesionales que ni siquiera han gozado de un minuto en lo que va de Liga hayan sido incluidos en actas arbitrales como flagrantes agresores verbales. Son Antonio y Fernando. ¿Cabezas de turco?

Sólo queda rezar. Recurrir sirve de poco (sólo funcionó en el caso de Arteaga) y desde el club sólo esperan que a Jémez no le caigan dos partidos. Por reincidente. Y a los árbitros más que reincidentes... ¿quién los castiga?

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