Que siempre toque jugar con un grande (3-1)

Lucena-cádiz · la crónica

El Lucena cierra su racha negativa a costa de un rival venido a menos al que pudo golear · Los celestes recuperan viejas virtudes con ligeros cambios en el once

Sergio Ortiz es felicitado por sus compañeros tras hacer el 1-0 ante el Cádiz.
Sergio Ortiz es felicitado por sus compañeros tras hacer el 1-0 ante el Cádiz.
Cisco López / Lucena

08 de noviembre 2010 - 05:02

ÁRBITRO: Vizuete Sánchez (andaluz). Nefasto. Muy mal asistido. Pitó en muchas ocasiones de oído. El Cádiz reclamó fuera de juego en el segundo gol lucentino y el Lucena un par de penaltis por caídas de Luis Zambrano. Amonestó en el banquillo al cadista Germán (43').

TARJETAS: Amarillas Velasco (32'), López Silva (56'), Jesús Lanza (60'), Pachón (60'),Álex Cruz (62'), Enrique (69'), Luis Zambrano (75') y Manolo Cano (91'). Rojas Álvaro Campos (25') y Carlos Caballero (43).

GOLES 1-0 (27') Sergio Ortiz. El centrocampista ejecuta a la perfección un libre directo en la corona del área y supera a Dani. 2-0 (29') Pineda. Sergio Ortiz se marcha por la banda derecha entre dos rivales y pone un centro medido que Pineda, libre de marca, cabecea a la red anticipándose a Dani. 3-0 (67') Jesús Lanza. Pineda regatea a Dani en un mano a mano del que sale trastabillado y Jesús Lanza recoge el balón para marcar a puerta vacía tras deshacerse de Álvaro Silva. 3-1 (90') Romerito, en propia puerta. Enrique controla dentro del área y en su intento de regatear a Romerito, el central golpea el balón hacia la meta despistando a Escudero.

Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de Liga en el grupo IV de Segunda B disputado en la Ciudad Deportiva de Lucena ante unos 1.000 espectadores.

El Lucena lamió sus heridas con un triunfo convincente ante uno de los grandes de la categoría, un Cádiz al que ni se le vio y que pudo salir ampliamente goleado. Bien es cierto que hasta el 1-0 los amarillos siempre dieron sensación de peligro, pero en dos minutos de desconcierto entregaron el partido. La expulsión de Álvaro Campos en una acción que culminó Sergio Ortiz con un golazo y que vino precedida de un posible fuera de juego de Pineda cambió el guión del encuentro. Los visitantes se quedaron tan tocados que acto seguido encajaron un nuevo tanto. Si ya de por sí la empresa era complicada, la autoexpulsión de Carlos Caballero al filo del descanso puso en bandeja de plata la victoria a los lucentinos, que no estaban como para desperdiciar regalos de este tipo. El 3-0 de Jesús Lanza reencontró a su equipo con la grada, entregada, que llegó a soñar con una goleada de escándalo ante un rival de postín que sólo se mantuvo en pie por la falta de pegada de su enemigo.

Una racha de cinco jornadas sin ganar y cuatro derrotas consecutivas obligaba a Falete a mover ficha para despertar a los suyos. La pieza elegida fue Toni García, que cedió su plaza en la portería a Cristian Escudero. No fue el único cambio. El técnico cordobés, con lo justo en la zona defensiva, buscó nuevas vías para reforzar el ataque, romo en las dos últimas citas en la Ciudad Deportiva. Dani Lanza se colocó en la izquierda, con Jony Lomas en la derecha. La idea era jugar con dos bandas predispuestas a buscar las diagonales, la espalda de la defensa amarilla, a la que martilleaba el incansable Pineda.

El Cádiz, enfrente, se olvidó del toque. Vidakovic no cambió el sistema, pero sí la idea. Ya era un síntoma la ausencia de Fran Cortés y la entrada de José Miguel Caballero en la zona de creación. Luego, el balonazo continuo desde el área de meta lo confirmó. Fue una medida de equipo pequeño, todo lo contrario de lo que se le supone al equipo amarillo, maltratado en sus dos últimas salidas en El Ejido y Lepe, plazas como Lucena de conjuntos con objetivos más terrenales. El entrenador serbio quizás no pudo detenerse en estudiar lo que le pasó al poderoso Granada hace un año; se replegó al esquema de su enemigo y salió claramente escaldado.

El inicio del partido fue movido. López Silva, mucho más activo por la izquierda que el cordobés Velasco por la derecha, quiso comprobar el estado de forma del debutante Escudero con un disparo seco, desde la esquina del área, al que el meta respondió con una buena mano. El Lucena se dejó ver a balón parado. Sergio Ortiz puso un córner en el segundo palo y Obregón la tocó, forzado, para enviar el balón al larguero. Fueron dos ocasiones para quitarse el nerviosismo previo. Poco más. La batalla se trasladó lejos de las áreas. La intensidad era máxima y las llegadas continuas, pero de peligro nada de nada.

Pachón lo intentó con un cabezazo a centro de Cifu que se fue muy desviado y Sergio Ortiz midió su puntería con una falta que atajó sin problemas Álvaro Campos. El portero cadista jugaba lejos de la línea de meta para cortar los continuos pases a los espacios. Pero se durmió un segundo cuando Pineda se hizo con un envío magistral de Ortiz y lo encaró. Falta en la frontal y roja pese a las protestas visitantes reclamando fuera de juego. Sergio hizo más grande la herida con un golazo. Lo primero que hizo Dani fue coger la pelota de las mallas. Y lo segundo, también, tras un testarazo de Pineda sólo dos minutos después. El partido quedó roto antes del intermedio. Por si quedaba alguna duda, el codo de Carlos Caballero la despejó tras impactar en el rostro de Jesús Lanza a un palmo de Vizuete Sánchez, al que el duelo le vino grande desde el principio. Más cuando se endureció en unos minutos de auténtica locura.

Tras el descanso, Vidakovic se la jugó con una línea de tres en defensa y la entrada de Enrique. El capitán apretó las tuercas a Álex Cruz y originó un par de llegadas que Pachón y Velasco mandaron al limbo. El Cádiz iba a por todas y el Lucena tenía mil y un espacios para matar a la contra. Dani Lanza se topó con Dani un par de veces y Jony Lomas echó arriba un servicio al segundo palo de Cruz. Los locales se gustaban, tocando y tocando hasta que Jesús Lanza hizo el tercero.

La zaga amarilla era un coladero que Falete quiso explotar con la velocidad de Luiz Zambrano, pero el árbitro no colaboró al no ver dos caídas del atacante en el área. Dani Lanza también la tuvo, pero su cabezazo franco se fue al larguero. El tiempo pasba y el orgullo cadista hizo acto de presencia para firmar el tanto del honor. Fue en el 90'. La grada seguía cantando aquello de "esto sí que es, una chirigota". Las penas del pasado quedaron olvidadas. Pero esto sólo son tres puntos. El camino aún es largo, pero parece que en esta victoria puede estar el punto de inflexión. El Lucena vuelve a tener sus virtudes del pasado.

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