Fútbol l Primera División

Un sello en el pasaporte

  • El Sevilla rescata su versión más eficiente y conquista un triunfo que le consolida en la zona europea, a la espera de un tropiezo ajeno para alcanzar la Champions

El Sevilla se acercó un poco más a su objetivo de conquistar una plaza para la próxima edición de la Liga de Campeones al derrotar al Mallorca en el Ono Estadi, un campo talismán para los sevillistas, ya que han puntuado en trece de los diecinueve partidos disputados.

La quinta victoria del Sevilla como visitante en esta temporada la fraguó en una excelente segunda parte, con Kanouté, que sustituyó a Luis Fabiano, como gran protagonista al marcar un gol y estrellar un balón en el palo. El Mallorca logró equilibrar el marcador (1-1) al empezar la segunda parte, con un gol de Daniel Güiza, que ya suma 18, y aunque luchó por el empate hasta el final tras el gol del camerunés Pierre Webó, no pudo impedir la segunda derrota de la segunda vuelta.

Un fallo del meta balear Miquel Ángel Moyá permitió al Sevilla adelantarse en el marcador casi al finalizar la primera parte (minuto 43), en uno de esos goles llamados psicológicos, que dejó al Mallorca muy tocado porque no había hecho nada para merecer tamaño castigo. Mallorca y Sevilla se habían enredado en un partido bronco, con muchas faltas y escasa presencia en el área. En los primeros 45 minutos el juego se concentró en la zona ancha y ninguno de los dos equipos pudo superar los marcajes asfixiantes, al límite del reglamento.

En el Ono Estadi no se vio fútbol, a pesar de la extensa nómina de jugadores que podían ofrecerlo, pero sí lucha sin cuartel, pierna arriba, amenazante, y muchos piques en todas las zonas del campo. A pesar de todo, sólo dos jugadores Ángelos Basinas y David Navarro vieron la tarjeta amarilla. El conjunto balear tuvo las mejores ocasiones a través de Daniel Güiza, pero tampoco estuvo fino en la elaboración de las jugadas. Echó en falta como nunca al argentino Ariel Caño Ibagaza y su juego perdió claridad y profundidad.

El Sevilla tampoco encontró huecos y pasaron casi desapercibidos sus extremos Jesús Navas y Diego Capel. Tampoco brilló el máximo goleador de la Liga, Luis Fabiano, que fue sustituido por Kanouté nada más empezar la segunda parte.

Güiza atrapó un balón suelto en el área tras un saque de esquina y empató el partido un minuto después de haber empezado el segundo tiempo. En un abrir y cerrar de ojos, todo quedó como había empezado.

Pero, con una diferencia. En el campo estaba Kanouté, auténtico protagonista en la fase final, ya que además de marcar el 1-2 (minuto 66), estrelló un cabezazo en el palo (minuto 60) y un defensa del Mallorca le sacó bajo los palos un gol cantado (minuto 75).

El Mallorca quemó todas sus naves en busca del empate, pero se encontró con un rival muy bien plantado sobre el terreno de juego, con mucho oficio y sabiendo en todo momento lo que tenía que hacer para llevarse los puntos.

El golazo de Dani Alves fue la guinda en el pastel sevillista en Palma. El brasileño soltó un misil con su pierna izquierda y coló el balón por toda la escuadra. En pleno festival visitante, el Mallorca agotó los cambios y el argentino Óscar Trejo sustituyó a Güiza, circunstancia que fue muy protestada por una parte del público.

El Sevilla, con el partido totalmente controlado, a pesar del gol del camerunés Pierre Webó, dejó que pasaran los minutos hasta celebrar un triunfo que le deja más cerca de su objetivo, la Liga de Campeones. El Mallorca, en cambio, a partir de ahora tendrá que dejar de soñar con Europa.

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