El Córdoba tumbó al hasta ayer invicto líder de la categoría, un Levante que sucumbió ante la mayor intensidad y concentración de un Córdoba que recuperó algunas de sus mejores señas de identidad, mostradas durante el verano y todavía por ver, hasta ayer, en competición oficial.

Desde la puesta en escena, el Córdoba dejó claro que algo había cambiado respecto a choques anteriores. Más concentración, contundencia en las acciones defensivas y rápidas y verticales salidas al ataque. Así consiguió el equipo de Oltra descolocar y sorprender al conjunto granota. Y poco tardó en materializar su superioridad y abrir el marcador por medio de Guille Donoso. Un contragolpe rápido y preciso que recordó a los mejores momentos del equipo blanquiverde el curso pasado. El equipo local tuvo incluso minutos en los que el balón fue monopolio suyo, aunque también tuvo que sufrir.

La defensa tapó la sangría a base de concentración y Pawel ayudó mostrando mayor seguridad. En el segundo acto, el poderío del rival invitó a dar un paso atrás, pero los de Oltra supieron defenderse con soltura y enfriar el partido para acabar ganando merecidamente. Además del golpe de moral de superar al líder, el Córdoba puede felicitarse porque ayer encontró de nuevo su rumbo.