fútbol mundial de rusia 2018

El regreso de los incas

  • Perú vuelve a un Mundial a los 36 años de su última presencia

  • Todos los países sudamericanos, salvo Venezuela, han sido mundialistas en ese tiempo

En marzo se cumplieron 15 años desde que Jefferson Farfán (33 años) debutó con la selección de Perú, los mismos que el defensa Alberto Rodríguez (34 años) hizo en abril. 13 años como internacional cumplió el pasado octubre Paolo Guerrero (34 años), que finalmente podrá competir en Rusia después de que su presencia estuviera prácticamente descartada por una sanción por dopaje. Hablamos de futbolistas con una destacada trayectoria a sus espaldas -11 años en Europa Farfán, repartidos entre el PSV y el Schalke 04; 10 en Alemania, entre Bayern y Hamburgo, y seis entre Corinthians y Flamengo Guerrero; ocho temporadas en la Liga portuguesa Rodríguez, actualmente en Colombia-. Futbolistas acreditados, los dos primeros probablemente los más emblemáticos, con Claudio Pizarro, ya con 39 años y que hace dos dejó de contar para Ricardo Gareca, y los retirados Nolberto Solano y el Chorri Palacios, en tres décadas de fútbol peruano, que, sin embargo, nunca han sabido lo que se siente al disputar un Mundial.

Ahora, por fin, tienen su oportunidad. Guerrero, Farfán y Rodríguez forman parte del combinado que el técnico argentino se lleva a Rusia, donde esperan Francia, Dinamarca y Australia, y la pasión se ha desatado por todo el país ante la inminencia de una cita anhelada durante décadas.

Guerrero, Farfán y Rodríguez alcanzan al fin el objetivo tras tres lustros en la selección

Y es que la clasificación para el Mundial ha trascendido de lo que es un mero logro deportivo. Son generaciones y generaciones de peruanos las que no han podido ver a su selección en la gran cita del fútbol -hay que tener más de 40 años para recordar, aunque sea vagamente, España 82- y los fracasos, mientras todas las selecciones sudamericanas salvo Venezuela eran mundialistas en alguna ocasión, se fueron acumulando de tal manera que llegaron a provocar un sentimiento profundo de frustración. Se comprende que se produjera un estallido de júbilo cuando se consumó el 2-0 a Nueva Zelanda que puso fin a la larga marcha que la selección incaica inició hace 36 años, en el Mundial de España 82, cuando quedó eliminada en la primera fase disputada en Galicia a manos de Italia y Polonia en un grupo en el que también estaba la sorprendente Camerún de Nkono y Roger Milla.

Fue el grupo de los empates, todos menos el concluyente 5-1 con el que Polonia dejó fuera a Perú de su tercer Mundial desde 1970, y significó el adiós definitivo a la élite del Nene Cubillas, único superviviente del 70 y cuya presencia en aquel equipo, ya con 33 años, fue cuestionada por amplios sectores de la afición.

Cubillas fue el máximo exponente de la década de oro del fútbol peruano, que además de los cuartos de final en México 70, donde cayó ante Brasil en uno de los mejores partidos del campeonato, incluye el triunfo en la Copa América en el 75 y las clasificaciones para Argentina 78. Allí Perú alcanzó la segunda fase, por más que todo lo bueno quedara borrado por el ominoso 6-0 que le infligió la selección de Menotti en su penúltima etapa hacia el título, y después llegó España 82, el último hurra de la selección andina antes de sumirse en la total mediocridad.

Porque es que a partir de ahí, la nada. Una vez tras otra, eliminatoria tras eliminatoria, Perú se fue estrellando en su intento de alcanzar el Mundial. Nada menos que ocho campeonatos se han perdido los incaicos hasta conseguir el grial del Mundial ruso. Y casi siempre de forma concluyente. En ocasiones (eliminatorias del 90 y el 94) sin ganar ni un partido y luego, cuando se constituyó el grupo único sudamericano, sin pasar nunca del octavo puesto, de diez, hasta que en octubre alcanzó la clasificación para la repesca merced al quinto lugar tras Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia.

Por el camino se fueron perdiendo futbolistas del nivel de Chemo del Solar, que brilló en el Tenerife y el Valencia, Roberto Palacios, el más internacional en la historia de la selección, Solano, un mito de las urracas de Newcastle, o el ex bético Juan Manuel Vargas, defenestrado por Gareca junto a Pizarro a principios de 2016. Por el camino quedaron, también, entrenadores como Pacho Maturana o los ex internacionales Roberto Challe, Juan Carlos Oblitas, Julio César Uribe o el propio Del Solar.

En todo ese tiempo, sólo en dos ocasiones estuvo Perú cerca del Mundial. Hace 20 años, cuando se quedó fuera en favor de Chile por diferencia de goles, y años antes, en vísperas de México 86, cuando fue precisamente Ricardo Gareca, el hombre que desde el banquillo ha metido a los peruanos en el Mundial ruso, el que, con un gol en el Monumental de River, mandaría a Perú a jugársela con Chile, siempre el vecino chileno, en una eliminatoria que salió cruz. Un gol sin el que Argentina hubiera ido a la repesca, donde quién sabe lo que hubiera pasado, para un Mundial que acabó ganando y del que, lo que son las cosas, Bilardo acabó dejando fuera a Gareca.

Al legendario Claudio Pizarro, de casi 40 años y el más grande jugador peruano de los últimos 30 años, no le ha servido su enorme predicamento entre la afición para que Gareca lo lleve a Rusia. Pizarro, que jugó su último partido con la selección el 29 de marzo de 2016 con derrota 1-0 ante Uruguay, es el máximo goleador extranjero en la historia de la Bundesliga, en la que jugó 18 temporadas repartidas entre Werder, Bayern y Colonia.

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