El regreso de Jesús Samper

El 26 de mayo, en la antepenúltima jornada de la pasada temporada, el Murcia cayó en la Nueva Condomina por 0-2 dejando sellado su descenso a Segunda B. Los aficionados grana volcaron sus iras contra los jugadores y, sobre todo, contra el palco. Allí estaba Jesús Samper, el abogado madrileño de 63 años que en 1998 se hizo con las riendas del club. Polémico, siempre envuelto en asuntos turbios y permanentemente en el ojo del huracán, el propietario del club pimentonero vivió su peor momento con el descenso y el oprobio de sus propios seguidores.

Insultado en su propia casa (ese día tuvo que salir escondido del estadio) y fracasado, Samper decidió dar un paso al costado y desaparecer de la escena asumiendo la caída en desgracia. Incluso tras recuperar la plaza en la Liga Adelante por el descenso administrativo del Guadalajara, el dueño del Murcia se mantuvo en un segundo plano que tampoco ha abandonado en estas diez primeras jornadas en las que el equipo se ha metido en puestos de ascenso directo. Pero el domingo, en el partido ante el CCF, Samper volverá al palco orgulloso de lo bien que le está saliendo su "proyecto low cost", pero también con la humildad del que hace poco lo vio todo perdido.

"Opté por darme un tiempo sin venir a la Nueva Condomina para rebajar la tensión ambiental con la que acabó la pasada campaña", dijo la semana pasada en su reaparición ante los medios de comunicación murcianos. En ese encuentro anunció su regreso al estadio para el encuentro ante los blanquiverdes del próximo domingo, "aunque no espero un recibimiento especial por parte del público, ni que me aplaudan ni que me escupan".

Porque además, Samper sigue inmerso en la polémica. Ahora anda implicado en la operación Umbra -que investiga un caso de presunta corrupción urbanística- y también huele a podrido en el proyecto Paramount para construir un parque de ocio y atracciones en Alhama de Murcia, el cual promueve.

Y todo con la permanente duda que generó hace una década la construcción del estadio y el macrocentro comercial que lo alberga, una de esas extrañas y oscuras operaciones urbanísticas que tanto proliferaron en la zona levantina durante los años de la fiebre del ladrillo. En todas está Jesús Samper, que a los 63 años reconoce "un desgaste", pero que sigue dando guerra. Para empezar, el domingo en el palco. Queda por ver si al lado de Carlos González o junto a Andrés Delgado, que ya ejerció de representante del CCF en la última visita al Anxo Carro de Lugo.