Paco Jémez admitió en la sala de prensa de Cornellá El Prat que "ha sido una pena que en los últimos minutos se nos haya escapado, después de tanto trabajo, de haberle plantado cara a un grandísimo equipo. Pero el fútbol tiene estas cosas: no duran 86, ni 87, sino que duran noventa y muchos, y a nosotros se nos ha escapado al final, como se nos podía haber escapado en cualquier otro minuto. Es cierto que con las dos ocasiones que hemos tenido mano a mano con el portero podíamos haber tenido más opciones; creo que con el 3-3 la eliminatoria estaría muy decantada a nuestro favor. No tengo nada que objetar a mis jugadores; al revés, todo lo contrario, los felicito y estoy muy orgulloso de lo que han hecho, de cómo han competido ante un rival espléndido. Sí es una pena que tanto trabajo y tanto cansancio acumulado no haya servido para nada. Es la única pega que le podemos poner: nos hubiera gustado que todo este trabajo, todo este cansancio y todas estas molestias que tienen los jugadores después de haber competido tanto tiempo miércoles y domingo se hubiera traducido en haber pasado. Le doy la enhorabuena al Espanyol, le deseo que en lo que queda de competición tenga mucha suerte y siga jugando así. Y nosotros, a centrarnos en la Liga".

El Córdoba se vio avasallado en la primera mitad por un rival que repitió el resultado de la ronda anterior, cuando despachó al Celta por 4-2 tras el 0-0 obtenido en Vigo. No obstante, el paso por la caseta le sirvió para recuperar el pulso. ¿A qué se debió tal diferencia en el rendimiento? El preparador blanquiverde no cree que fuera "una cuestión de ambiente. Ha sido cuestión de que el Espanyol, cuando ha apretado, tiene muy buenos jugadores, tiene mucha velocidad sobre todo arriba y definición, y nosotros a lo mejor hemos pecado un poco de tener demasiado respeto de inicio al Espanyol. Era una de las cosas que habíamos hablado mucho durante la semana, que teníamos que salir a disfrutar, como ha sido en la segunda parte. Es cierto que el marcador se nos ha puesto muy cuesta arriba ya en la primera parte. Luego hemos intentado arreglarlo. El resultado al final es el que es. Es difícil frenar al Espanyol cuando juega arriba y juega bien, cuando tiene espacios".

Entre la merma en cuerpo y mente, el técnico antepone el aspecto "físico", pues "esto para nosotros es un refuerzo psicológico. Esto no es ninguna pesadez, ni muchísimo menos. Para mí, y eso le voy a transmitir al equipo, nos tiene que reforzar psicológicamente, porque hemos competido contra un equipo que está séptimo u octavo en la Liga en Primera División. Todas las connotaciones que puedas sacar al partido, más allá de que estamos tristes por el resultado, son muy positivas. Tanto aquí como allí le hemos plantado muchísima cara, hemos estado a su altura, le hemos puesto en apuros. No les puedo exigir más a mis jugadores en ese aspecto. Físicamente, sí, porque llevamos muchas palizas, la intensidad ha sido muy fuerte y nos costará recuperarlos, pero psicológicamente es todo lo contrario: creo que estamos mucho más fuertes que antes".