La reacción llega a tiempo

El Ángel Ximénez-Avia salva un punto frente al Bidasoa Irún en un encuentro en el que perdía por cinco goles a cinco minutos del final

José M. Cabezas Puente Genil

09 de octubre 2016 - 05:02

El Ángel Ximénez-Avia rescató un punto in extremis ante el Bidasoa merced a una increíble remontada en los últimos minutos, en los que el equipo sacó fuerzas de flaqueza para equilibrar un choque que el conjunto vasco tenía perfectamente controlado con una renta de cinco tantos favorables. No fue el mejor día de los de Puente Genil, pero lo cierto fue que el arreón final permitió obrar un milagro en forma de punto que permite a los pontanos seguir firmando su mejor arranque de siempre en la Liga Asobal.

El encuentro empezó con igualdad máxima entre ambos equipos. Con defensas cerradas y escaso margen de maniobra para extremos y pivotes, el protagonismo se lo llevaron los jugadores de la primera línea, sobre los que recayó la aportación ofensiva. Así, Rudovic y Borragán iban anotando goles para los suyos alternativamente, encontrando resquicios en las férreas defensas que planteaban Soler y Cuétara. Sin embargo, a partir del minuto diez las cosas comenzaron a cambiar. Zubiria paró un par de balones y el Ximénez comenzó a dar facilidades atrás. El equipo irundarra vio la debilidad de su rival y no tuvo dudas para explotarla, haciendo camino y brecha en el marcador ante la inquietud de la afición, que no veía a sus jugadores excesivamente finos.

Con 8-12 en contra y todo un mundo para el descanso, el técnico del equipo pontanés paró el partido y trató de revertir la situación, pero el equipo no carburaba en ataque y la segunda exclusión de Revin suponía un problema extra. La entrada en juego de Mario Porras y las paradas de Oliva, que sustituyó a De Hita, dieron oxígeno al equipo, que se puso el mono de faena y mejoró su efectividad. Tanto fue así, que los pontanenses firmaron un parcial de 5-1 para llegar al intermedio con un 15-15 que permitía respirar.

Pese a todo, el inicio de la segunda parte no pudo ser peor, ya que el central Borja Lancina se bastó él solo para lograr tres tantos seguidos en los primeros minutos y poner de nuevo a su equipo por delante. El Ximénez acusó el golpe pero no hubo una respuesta rápida para nivelar el choque, y eso permitió a los guipuzcoanos mantenerse con comodidad al frente del electrónico. El equipo seguía dando facilidades atrás y en ataque se estrellaba una y otra vez ante las torres visitantes. Poco a poco la situación se hacía desesperante, ya que la falta de fluidez provocaba pérdidas y errores en los lanzamientos ante un inspirado Pejanovic. El crono corría y los de Puente Genil no reaccionaban.

A falta de cinco minutos para el final, el luminoso reflejaba un 24-29 y nadie imaginaba que la situación podía revertirse. El Bidasoa se vio con el partido ganado, pero no contaba con la reacción local. Soler ordenó defensa abierta y los de Cuétara se atascaron. Rudovic y Curro robaron un par de balones que se convirtieron en gol y, aunque Iker Serrano materializó el 26-30, todavía quedaba margen para el milagro. Los visitantes, cada vez más desconcertados, erraban pases y lanzamientos, y el Ximénez transformaba en gol cada recuperación, ante el delirio de sus aficionados. Dentro del último minuto, Josic logró el 30-30 y el Bidasoa erró un siete metros final con el que pudo ganar.

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