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La reacción y el despegue del filial, el servicio final de Berges

Rafa Berges, que se encontraba sin equipo tras una meritoria temporada 10-11 en el Pozoblanco, con el que disputó el play off de ascenso a Segunda B, llegó al filial blanquiverde en enero en sustitución de Alessandro Pierini. Con el conjunto blanquiverde en zona de descenso, el campeón olímpico se puso manos a la obra para revertir la dinámica en la que había entrado el equipo, en barrena tras siete derrotas consecutivas.

El objetivo estaba complicado, pero la segunda vuelta del filial ha sido excelente. El técnico cordobés cogió al grupo en los puestos de descenso con tan sólo 18 puntos y con él al frente de la nave blanquiverde y en 18 partidos, el filial sumó 27 puntos, quedándose finalmente décimo en la clasificación -mejor posición de toda la temporada- a siete puntos de la zona fatídica.

Con Berges en el banquillo, el Córdoba B sumó seis victorias, nueve empates y sólo tres derrotas. El buen hacer en la Ciudad Deportiva fue básico, ya que sólo cedió una derrota -Alcalá (0-1)-. Además, logró que el filial sumase su primera victoria a domicilio, que fue en la jornada 28 cuando ganó en Arcos con claridad (0-2).

La aportación de Toni Seoane y Mane, repescados del Lucena, donde estaban cedidos, fue básica en los esquemas del técnico cordobés en esta segunda vuelta. Además, hay que destacar la seguridad defensiva que acreditó el equipo. Los blanquiverdes sólo encajaron 14 tantos en los 18 partidos a las órdenes de Berges, siendo Antonio Sillero el tercer portero menos goleado de la categoría con 29 tantos en 31 partidos. El mayor inconveniente fue la falta de gol. El mejor fue Javi López, recientemente homenajeado en su pueblo, El Carpio, acabó la temporada con 10 tantos.

El once tipo de Berges en el filial fue: Sillero, José Manuel, Fran Cruz, Morante o Bernardo, Ismael; Rafa Gálvez, Toni Seoane; Carlos Martínez, Juanje, Mane; y Javi López.

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