El premio de ser invencible
Atletismo
Más de once kilómetros, innumerables obstáculos naturales y otro puñado extras por la organización. Iznájar acoge el domingo una cita singular que aterriza por primera vez en Córdoba.
Más de once kilómetros, innumerables obstáculos naturales y otro puñado extras por la organización. Ese es el desafío que tienen por delante los 1.500 inscritos en la Eternal Running que se celebra el domingo en Iznájar. Valientes en busca del reconocimiento de invencibles en una cita singular por su dureza, nacida en Castellbisbal (Barcelona) en 2002 y que llega por primera vez a tierras cordobesas.
"La carrera no es una prueba de atletismo convencional donde sólo consiste en salir a correr durante unos kilómetros". Con esta precisión definieron ayer Isabel Lobato, alcaldesa de Iznájar, y Rubén López, director del grupo responsable del evento, una prueba que tiene un recorrido de 11,400 metros "muy divertidos y de gran dificultad" que marcarán historia, ya que los participantes tendrán que superar muchísimos obstáculos.
Además de los obstáculos naturales, con los camiones de bala de paja, cubas de agua, zanjas de barro, cuerdas, hinchables locos, zonas de neumáticos, tubos nocturnos o alambradas, que en Iznájar superarán la mayor distancia nunca antes puesta en una Eternal Running, tendrán que ser capaces de superar 39 obstáculos y algunos puntos de especial dureza.
Entre las zonas dispuestas está la subida al Castillo de Iznájar, la parte más alta de la localidad, al que se llegará después de trepar por una colina de unos 200 metros con un desnivel de casi el 30% y tras haber nadado unos cuantos metros por el pantano. Dentro del recinto amurallado y tras salir del castillo y de la biblioteca, los atletas accederán al Patio de las Comedias, donde Juani, la mujer que se encarga de su cuidado, dará la bienvenida a uno de los rincones más increíbles y característicos, siendo uno de los lugares de España más fotografiado por los extranjeros. Una subida de 1.200 metros con el 4O% de desnivel, en la llamada Puerta del Rey, será otro de los obstáculos que pondrá a prueba la resistencia física de los participantes.
Una vez coronada la cima y de vuelta a la zona de meta, situada en el embalse de Iznájar -es llamado el lago de Andalucía porque ocupa tierras de Córdoba, Málaga y Granada con sus más de 100 kilómetros de orilla y 32 de longitud-, los corredores tendrán que volver a nadar para alcanzar la meta situada en la playa de Valdearenas, donde lejos del merecido descanso les esperan más de 15 obstáculos.
Al finalizar el evento, la organización ha preparado una comida típica de la tierra con la que agasajará a los que consigan ser invencibles, que se llevarán también a casa una bolsa con obsequios de los patrocinadores y una camiseta técnica. En total, más de 35.000 personas en el mundo saben lo que es participar alguna vez en una Eternal Running. Los que quieran sumarse a la lista aún tienen tiempo, pues el plazo de inscripción acaba el mismo día de la prueba, siempre y cuando haya aún plazas. Y ya se sabe, si llegas serán invencible; si no... habrás fracasado.
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