Un plan para valientes

Miroslav Djukic sabe que el sábado ante el Real Madrid tiene mucho que ganar. El CCF parte como una nueva y propicia víctima del intratable líder, pero el serbio quiere que, de cumplirse el guión, sea porque los blancos se lo han currado. No está dispuesto a que ninguno de sus hombres salga derrotado al campo de antemano, como a su juicio pasó en el Camp Nou hace un mes. Y por eso ha empezado a diseñar un plan para valientes para cuyo éxito es obligado el trabajo y la comunión del grupo. Un plan con el que intentar sorprender a Ancelotti o, al menos, que sirva para dar continuidad a la línea creciente que el equipo viene mostrando en el último mes y medio y, de momento, lo ha sacado de la zona de descenso.

Como ha quedado sobradamente demostrado semanas atrás, al preparador balcánico le gusta enseñar sus cartas desde el principio de la semana, para que todos vean con qué mano va. De momento, el cambio de sistema parece descartado, aunque sobre la base del clásico 4-2-3-1 se presentarán novedades en cuanto a hombres y, sobre todo, una variante defensiva de lo más atrevida, sobre todo teniendo en cuenta el rival.

Djukic no quiere que su equipo pierda la esencia que lo ha relanzado de un tiempo a esta parte. No quiere renunciar a su estilo valiente, si bien eso no significa que vaya a cambiar el modelo de defensa y contragolpe. Pero sí quiere ver a esos guerreros que reclamó tras la goleada encajada ante el Barcelona. Sin balón, un equipo que no se meta atrás, que sea capaz de ir al cara a cara; con balón, un bloque que toque rápido y sea vertical, al que no le tiemble el pulso a la hora de construir ni mirar a portería.

El primer guión del serbio recoge un entramado defensivo en sólo 30 o 40 metros. Líneas muy juntas, con la defensa muy adelantada y el portero fuera de su área para reducir los espacios al mínimo. ¿Es eso una temeridad con la velocidad de los atacantes blancos? Sí, si no sale bien. Porque el plan pasa por estar muy encima de los hombres de creación de Ancelotti, por molestar siempre que el balón esté en posesión del adversario para que los envíos no sean claros. Eso empieza en Florin, presumible referencia, con el que Djukic tuvo un intercambio de palabras para reclamar esa intensidad; y obliga a que todo el mundo esté concentrado y sepa qué hacer en cada instante. No hay tiempo para lamentos, ni para protestas, ni para nada. "Encima, aprieta", fueron las palabras más oídas ayer en la Ciudad Deportiva. El CCF no quiere encerrarse. Está dispuesto a morir, si tiene que hacerlo, mirando a la cara del líder. ¿Lo conseguirá?