Con un patrón idéntico

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José González medita la posibilidad de repetir once por primera vez en lo que va de temporada ante la similitud del sistema defensivo de Castellón y Girona · Los 'orelluts' tienen la segunda mejor defensa

Cisco López / Córdoba

03 de octubre 2008 - 05:02

José González insistió durante toda la semana pasada en la dificultad que entrañaba el Girona para hincarle el diente. Había que tirar de paciencia, orden defensivo y una buena selección en las jugadas de estrategia. El resultado no pudo ser mejor. Segunda victoria consecutiva, ambas con la portería a cero, y una mejoría en la imagen respecto a anteriores citas, sobre todo en el tramo final del encuentro. La receta para romper el maleficio de Castalia debe ser la misma. De ahí que el técnico medite la posibilidad de repetir once por primera vez en lo que va de temporada. Ya avisó en la previa del partido de Chapín que su intención era hacer un grupo homogéneo lo antes posible, pero que las circunstancias le habían impedido conformarlo. Ahora, con el viento de cara, es diferente.

Lo cierto es que, por extraño que parezca, el Castellón es un rival bastante similar al Girona. Al menos, en este inicio de temporada. El cuadro orelluts no ha tardado en asentarse en la zona media-alta de la clasificación, gracias en gran medida a su fortaleza defensiva. Todo un dato porque Abel Resino ha tenido que sobreponerse a la plaga de lesiones que ha azotado a su plantilla en esa zona del campo. Y curiosamente, los recambios han funcionado a un nivel mejor que los titulares. Éstos tienen a la escuadra albinegra como la segunda menos goleada de la categoría -sólo superada por el líder Salamanca- al encajar tres tantos en cinco jornadas. Y lo mejor -o lo peor, para el Córdoba- es que en Castalia sigue virgen.

Ni el Celta ni el Albacete pudieron perforar la portería de Carlos Sánchez en sus visitas a la ciudad de La Plana. Ambos, pese al poder ofensivo que se les supone -sobre todo al bando olívico que adiestra Pepe Murcia-, se quedaron a cero merced al buen trabajo de una zaga que durante la pretemporada perdió a su capitán Aurelio, y luego vio cómo se caían los laterales Rafita y Baigorri. Pero ahí estaban los secundarios: Mora, Pedro (o Zamora) y Diego Reyes para demostrar que tienen un sitio en un equipo que vuelve a apostar por el ascenso de categoría.

Pues todo ese arsenal, con excelente carta de presentación, es lo que tiene que derribar el Córdoba si quiere proseguir con su escalada. De momento, a su favor juega que llega a la cita en un momento dulce. Raúl Navas ha conseguido dejar su portería a cero en las dos últimas comparecencias, ambas saldadas con las primeras alegrías del curso. Curiosamente, tanto en Chapín como ante el Girona, tuvo por delante a Pierini y Pablo Ruiz, que aprovechó la oportunidad que le brindó José ante la sanción de Gaspar y está dispuesto a convertirse en fijo.

Aun así, la verdadera transformación ha llegado de medio campo hacia arriba. Carpintero, intocable desde el inicio del curso, cada día que pasa está más acoplado a Ito. Ninguno es capaz todavía de darle el criterio necesario al juego del equipo, pero sí lo han dotado de la consistencia que hace falta para sacar resultados en una categoría tan igualada. Sobre todo cuando toca jugar lejos de El Arcángel, dejando la responsabilidad ofensiva al rival para aprovechar una contra o una acción a balón parado para hacer daño. Porque ése, hasta ahora, es el único patrón atacante que se le conoce al Córdoba. Y bien que le va.

También empiezan a funcionar las bandas, con Cristian Álvarez y Arteaga cada vez más finos. El argentino se ha hecho dueño de la derecha por su trabajo y, sobre todo, su aportación en la estrategia. Precisamente, de sus botas salió el balón que permitió a Asen romper el partido el domingo. El madrileño es otro que será de la partida en Castalia, formando pareja con Gastón. Javi Flores deberá esperar su oportunidad. El mismo patrón que ante el Girona. Sólo hace falta repetir el resultado.

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