Otra noche de gloria en la piscina para Phelps

Estados Unidos arrasó en la piscina olímpica al conquistar el oro en tres de las cuatro finales disputadas en una noche que incluyó nuevos récords mundiales y otro salto de gigante de Michael Phelps para seguir haciendo historia.

Los norteamericanos se llevaron el oro en los 200 estilos a través de Phelps, en los 200 espalda con Tyler Clary y en los 200 braza con Rebeca Soni. La única en desentonar fue la holandesa Ranomi Kromowidjojo al conquistar el oro en los 100 metros libre.

Clary y Soni hicieron méritos para ser considerados las figuras de la noche, pero el que terminó adjudicándose el show fue Phelps, porque el estadounidense celebra su decadencia incrementando su récord de medallas y sumando nuevos hitos.

El de ayer no estuvo nada mal: al capturar los 200 espalda, Phelps se convirtió en el primer nadador en la historia en ganar por tres Juegos consecutivos el mismo evento individual. La plata fue para su compatriota Ryan Lochte y el bronce para el húngaro Laszlo Cseh.

Pero además Phelps incrementó a 20 su cuenta de medallas olímpicas, alejándose ya en dos de las 18 de la soviética Larissa Latynina en el apartado de deportista olímpico más laureado de todos los tiempos. Dieciséis de esas medallas son de oro, una cifra que asusta a cualquiera. Además, tiene dos de plata y dos de bronce.

El brasileño Thiago Pereira, cuarto en los 200 espalda, admitió con cierta resignación su suerte: "Es la tercera vez que llego cuarto en esta carrera en unos Juegos. Lo mismo pasó ya en Atenas y Pekín, lo que demuestra lo competitiva que es esta carrera".

Lochte se llevó dos medallas, pero pese a su sonrisa y buen humor con sus compañeros de equipo, el estadounidense no pudo ocultar que esperaba más, sobre todo en unos 200 espalda que comenzó dominando.

El sex symbol de la natación había ganado en Pekín 2008 el oro en los 200 espalda, una de sus especialidades, pero ayer se vio obligado a ver cómo los superaban Clary y el japonés Ryosuke Irie. Clary ganó en 1.53,41 minutos, nuevo récord olímpico. Lochte marcó 1.53,78 e Irie 1.53,94.

Así, Lochte sigue a mitad de camino: no es la clara figura de la natación en los Juegos, tal como se esperaba y tal como había insinuado con su aplastante triunfo en los 400 estilos en el primer día de la natación. Pero tampoco está desentonando, porque los Juegos de Londres están demostrando que el agua tiene varios dueños, ya no hay monopolios.

"No puedo quejarme", dijo Lochte, oro en los 400 estilos y los 4x200 libre. "Me estoy llevando a casa cinco medallas para los Estados Unidos".

Además, Lochte tuvo apenas 15 minutos de pausa entre su bronce en los 200 espalda y la plata en los 200 estilos. "No es el color de medalla que quería, pero lo acepto", añadió con resignación el nadador estadounidense, que hoy cumplirá 28 años. "Tengo unas 40 personas aquí apoyándome, así que por fin voy a poder relajarme un poco".

Mientras Missy Franklin quedaba quinta en la final de los 100 metros libre ganada por Kromowidjojo, Soni demostró que puede nadar a razón de un récord mundial por día.

Si en las semifinales del miércoles marcó 2.20,00 minutos, ayer bajó ese registro en 41 centésimas para sumar un oro. La plata fue para la japonesa Satomi Suzuki (2.20,72) y el bronce para la rusa Iulia Efimova (2.20,92). Dueña de la mejor marca de la temporada, Kromowidjojo se llevó la prueba con un récord olímpico de 53,00 segundos. La medalla de plata fue para la bielorrusa Alexandra Gerasimenya, campeona mundial, con 53,38. El bronce quedó en manos de la china Yi Tang, con 53,44.

Hoy habrá unos 20 segundos de explosión, los 50 metros libre, una prueba que el legendario Mark Spitz cree que "no es natación", ya que se acaba en un abrir y cerrar de ojos. Dos brasileños intentarán llevarse la codiciada medalla de oro.

Oro en Pekín 2008, Cesar Cielo logró con 21,54 segundos ayer el mejor tiempo en su semifinal, empatado con el estadounidense Cullen Jones. En la segunda semifinal Bruno Fratus se impuso a sus siete competidores con un tiempo de 21,64.