Una noche para el debate

Córdoba-girona · el otro partido

De los 19.311 espectadores de la Copa ante el Espanyol se pasó a los 7.693 fieles que acompañan al equipo en la Liga. Javi Hervás coincidió en el campo con Juanlu Hens, el último traspaso blanquiverde.

José Carlos León / Córdoba

09 de enero 2012 - 08:01

De 19.311 a 7.693; del récord absoluto al pan nuestro de cada día; del sueño de la Copa a la realidad de la Liga, aunque ésta también va camino de convertirse en la más bella de las ensoñaciones. En apenas tres días, el cordobesismo recorrió el trecho que separa las dos orillas entre las que nada en esta temporada de los milagros, 72 horas que sirvieron para enseñarle al club cuál es su auténtico presente y para reavivar uno de los debates más antiguos (y quizás absurdos) que rodean al CCF: ¿cuál es realmente su afición?

Porque desde que acabó el partido ante el Espanyol empezaron a cruzarse apuestas acerca de la entrada que registraría El Arcángel frente al Girona. ¿Se acercaría a la orgía blanquiverde de la noche copera? ¿Rozaría el reto que se ha marcado el club de alcanzar los 10.000 espectadores en la Liga? ¿Volverían a quedarse solos los de siempre? Pues al final fueron los socios, pelados y mondados, los que en verano pasaron calor para sacar sus abonos fidelizando su sufrimiento sin ni siquiera imaginar que este año iban a disfrutar lo que no había en los escritos. Mientras caía el relente de la noche, muchos de ellos rumiaban entre dientes mirando al asiento vacío de al lado, el mismo que el jueves ocupó alguno de esos cordobesistas de días sueltos. Puede que hubiera algún gesto de desdén, algún comentario contra el que se considera como un mero oportunista. Los que se autodefinen como cordobesistas de verdad, los de carnet, como se llaman a sí mismos, son los primeros encargados de marcar la distancia entre el seguidor fiel y el advenedizo, el de siempre y el de vez en cuando, apropiándose de una capacidad que seguramente nadie posee en exclusiva.

¿Qué une a los 12.000 que fueron el jueves y que faltaron ayer? Pues que van al fútbol cuando su equipo gana y cuando los precios son asequibles. Parece una perogrullada, pero para una afición que lleva más de cuatro décadas sin catar la Primera División y que se ha acostumbrado en los últimos años a sufrir como perros y aburrirse como una ostra, el hastío es una enfermedad que no se cura de un día para otro. Si a eso se le une que Córdoba vive asfixiada por la crisis, hundida por una tasa de paro en torno al 30% y con la mayoría de familias haciendo virguerías para llegar a final de mes, ir al fútbol se ha convertido en un lujo que sólo está al alcance cuando las entradas se ponen a 10 euros, por mucho que la ilusión no haya que tocarla. ¿Alguien es capaz de reprocharle algo al padre que pudo llevar al fútbol a su hijo por 15 euros? Puede que la pregunta sea algo demagógica, pero no deja de tener miga.

Pero entre unos y otros, entre fieles y recién llegados, los cerca de 20.000 aficionados que dibujaron la mágica noche de Reyes provocaron una bendita locura en toda la ciudad que se fue extendiendo durante las 72 horas más felices para el cordobesismo desde hace muchos años. Puede que las llamas de esa pasión se fueran apagando hasta que ayer sólo quedaran las brasas, aunque también es cierto que mientras quedan rescoldos se puede sacar una buena llama, y ahora más que nunca es verdad aquello de que pase lo que pase, la olla tiene que seguir hirviendo.

Como la noche iba de debates, dos de los protagonistas del partido reabrieron otro que lleva varios años apagado en El Arcángel, pero que en las últimas semanas se ha reavivado con fuerza: ¿debe el Córdoba vender a sus figuras para cuadrar el presupuesto? Sobre el césped estaban Javi Hervás, la nueva perla blanquiverde, objeto de deseo de media España, y Juanlu Hens, el último traspaso que metió dinero en las maltrechas arcas del CCF.

El centrocampista de Fuente Palmera se colocó bajo los focos con una convocatoria de la selección sub 19 hace una década, y el Valencia se movió rápido para hacerse con un pelotero en ciernes, uno de esos proyectos que los grandes compran casi por capricho, por quitárselo al rival vaya a ser que sea bueno de verdad. Supuestamente, Juanlu era el estandarte del CCF 02-03, un equipo que Ortuondo tuvo que formar sin un duro, dejando toda su fortuna en manos de un grupo de canteranos. La primera vuelta se encargó de desnudar todas las carencias de aquel grupo, y el club tuvo que afrontar una de sus clásicas revoluciones en el mercado invernal con Juanlu como única pieza que colocar en el escaparate.

Había que volver muchos años atrás, hasta el traspaso de Valentín al Betis, para encontrar una operación que dejara dinero en la caja. Hens se fue al Valencia a cambio de 60 millones de pesetas (360.000 euros), las cesiones de Garrido y Serban -que colaboraron en la sufrida salvación de esa temporada- y un amistoso que el Córdoba aprovechó para derrotar por 2-0 al equipo de Rafa Benítez que en 2004 se proclamó campeón de liga. A cambio, Juanlu se marchó al Mestalla, el filial del Valencia de Tercera División, esperando pacientemente su oportunidad hasta que Claudio Ranieri le dio la oportunidad de debutar en Primera el 24 de enero de 2005, hace casi siete años.

En ese partido -derrota ante el Villarreal por 3-1-, el cordobés pagó la deriva negativa en la que había entrado el club ché y pagó los platos rotos del técnico italiano, que ya se veía más fuera que dentro. Juanlu no volvió a vestir la camiseta valencianista y se vio forzado a hacer las maletas, iniciando una carrera con altibajos que le llevó al Lérida, Hércules, Granada 74 y Tenerife, donde en tres buenas temporadas pasó de lucir en Primera a penar con el descenso canario a Segunda B. Ahora, con 28 años, Hens se ha convertido en un sólido profesional, un buen jugador de la categoría que cada vez que regresa a El Arcángel sufre un ataque de nostalgia por lo que pudo ser y no fue. ¿Qué hubiese pasado si se hubiera quedado en el Córdoba? ¿Qué camino habría tomado su carrera? Hacer fútbol-ficción es uno de los pasatiempos favoritos de los aficionados, pero el caso es que la opción de que Juanlu vuelva a vestir de blanquiverde es algo que ahora ni se contempla.

Puede que Javi Hervás se sintiera ligeramente identificado en el caso de Juanlu. Real Madrid, Málaga, Sevilla... Las novias que adulan al jugador blanquiverde son capaces de nublarle la vista a cualquiera, sobre todo cuando ponen sobre la mesa cerca de dos millones de euros. ¿Pero le aseguran una larga carrera? ¿Le garantizan un futuro estable en Primera? ¿Mejoran el presente y el futuro que le puede ofrecer el CCF? Las preguntas son tantas como uno quiera hacerse, propias de una noche como la de ayer tan propia para los debates.

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