"Vosotros sois el motivo"
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Salinas se dirige en términos realistas a la par que esperanzadores a los peñistas que se citaron en El Arcángel · Cuenta que la cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento "no es ningún regalo"
"A ver qué nos cuentan. Lo mismo de siempre, seguro. Que no hay un duro". Las expectativas para los peñistas no eran las más halagüeñas antes de empezar el encuentro entre el presidente y sus acólitos. Entre el que gobierna la nave cordobesista y quienes, como esquifes en mitad del océano, sufren más que nadie los envites del destino y del balón. En torno a cincuenta aficionados respondieron a la llamada. No eran muchos, claro. Pero, como recordó uno de ellos: "Menos mal que el encuentro no era con accionistas, porque estaríamos tres".
José Miguel Salinas entró a las 20:19. Los flashes se dispararon. En un segundo plano, de pie, algunos consejeros (Elías Cabrera, José Antonio Romero, Antonio Romero Campanero, Rafael Barroso...). También el secretario general, Carlos Hita, y el director deportivo, Javier Zubillaga. Antonio Prieto, vicepresidente, se sentó a su izquierda en una modesta mesa (una clásica mesa-camilla).
El mandatario comenzó a hablar: "Agradezco la presencia de las peñas que han querido estar con nosotros, a pesar del mal tiempo que ha hecho estos días...". Salinas centró su charla -sencilla de digerir pese a prolongarse durante casi tres cuartos de hora- en el plan de viabilidad. Un proyecto que comprende "unos contenidos estratégicos a medio-largo plazo. Un modelo deportivo y presupuestario para evitar los problemas que ahora mismo sufrimos". Porque problemas hay y habrá -eso no pudo borrarlo de su discurso-: "El club ha tenido un desfase entre ingresos y gastos cubiertos por los accionistas (unos magnates que enumeró Salinas como en una cuenta atrás: tres-dos-uno...)". Algo que "no se puede reproducir", ya que "esas empresas ya no pueden aportar esos fondos".
"A corto plazo -sin ambages- tenemos que salir del atolladero". Sobre todo porque lo de antes "no debe repetirse" (mientras pronunciaba esto un gesto de tranquilidad decoró los rostros de los asistentes). "Es duro, pero relativamente sencillo de comprender", continuó desglosando Salinas.
Aludió al corazón cuando expresó que las deudas (los cuatro kilos) afectan "a caras concretas, a gente que necesita cobrarlo". Una vez dicho esto, contó los pasos a dar. A saber. Primero, tener un patrimonio (por eso la petición al Ayuntamiento de los terrenos, algo que "no es ningún regalo") y, después, que se avale por un banco, Cajasur, que -al ser patrocinador- podría cobrarse con su propia inversión.
Eso para salvar la papeleta, pero para el futuro -lo que más le interesaba a los asistentes, porque ni se imaginan un mañana sin su Córdoba- tuvo palabras esperanzadoras.
Contó que quiere hacer del equipo un club que rentabilice su cantera (citó varias veces al Sevilla como ejemplo), que se nutra de "comprar barato y vender caro". Incluso adelantó que en la reunión en la LFP de la próxima semana piensa proponer que los clubes se pongan de acuerdo para que los representantes y los jugadores no manipulen sus sueldos a su antojo. Porque no puede ser que "se lleven el 80 por ciento del presupuesto". Relató que por Salva Ballesta le pidieron 600.000 euros y que su agente le chuleó contándole que encontrarían un club que pagara esa cantidad por él, que fue el Albacete.
Tocó de pasada la utopía de Primera, a partir de unas comparaciones brutales que hicieron que a algunos la boca se les hiciera agua. Sirva de ejemplo que una taquilla en El Arcángel ante Madrid o Barcelona igualaría la de toda una temporada en Segunda o que sólo por derechos de televisión pasarían de cobrar dos a doce millones.
En el turno de preguntas, claro, los seguidores le cuestionaron un poco por todo. Por el fondo sur (que se tendrá que hacer la temporada que viene porque el dinero es "del Estado"); por la Ciudad Deportiva (por cierto, cuando le dijeron que la concesión durará 65 años alguien espetó desde el auditorio "como los nichos"); por la cantera (negó que se fueran a eliminar categorías de fútbol base).
Y, claro, como todo encuentro con la hinchada hubo un momento para cierta autocomplacencia. Salinas reconoció que es la afición la que "da sentido a todo esto, porque el Córdoba no tiene ni activos, ni dinero… sólo más de 9.500 abonados que hace mucho que no se llevan alegrías". Porque, y aquí terminó toda esta reflexión: "Cuando veo otros campos vacíos muchos nos preguntamos…¿Esto a quién le interesa?".
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