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David Fernández
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El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha vuelto a defender su inocencia en el caso del beso no consentido a Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino de 2023, negando haber cometido una agresión sexual y asegurando que no modificará su versión de los hechos, a diferencia de “otros, incluida Jenni”.
“Yo no voy a cambiar mi primer testimonio como han hecho otros, como ha hecho Jenni”, afirmó Rubiales durante una extensa entrevista en El Chiringuito, en la que cargó contra el Gobierno y los medios de comunicación, a los que acusó de haber “distorsionado la realidad con intereses políticos”.
El exdirigente federativo calificó su caso como una “cortina de humo” impulsada por Pedro Sánchez para distraer la atención pública. “En un contexto en el que el presidente necesitaba el apoyo de los independentistas para ser investido, se creó una tormenta perfecta”, dijo. "Fue una cuestión desorbitada, llevada a la máxima potencia por la extrema izquierda de nuestro país", añadió.
Rubiales reconoció que su comportamiento tras la victoria de España en el Mundial fue “desacertado y poco presidencial”, pero negó de forma rotunda que existiera una intención sexual en su gesto. “Le pregunté a Jenni y me dijo ‘vale’. Fue un beso de emoción, sin connotación sexual, a plena luz de 80.000 personas”, sostuvo.
El exfutbolista también se refirió a la sentencia judicial, afirmando que acatará lo que decidan los tribunales, aunque mantiene que no hubo delito: “Cuando hay una sentencia, todos tenemos la obligación de acatarla, pero el Estado de derecho nos permite recurrir si creemos que no ha habido agresión sexual”.
Asimismo, defendió que ha sido víctima de una “manipulación mediática y política”, y aseguró que Jenni Hermoso cambió su versión por presión externa: “Ella lo sabe igual que yo. Tardó varios días, aguantó o no aguantó la presión, pero cambió su versión de manera interesada”.
Rubiales también apuntó a dirigentes del Gobierno, como Yolanda Díaz e Irene Montero, a las que acusó de actuar con “hipocresía y falta de coherencia”. “Yolanda Díaz me privó de la presunción de inocencia que todo español debe tener. Irene Montero, con la ley del ‘solo sí es sí’, permitió que salieran violadores a la calle; no tiene autoridad moral para hablar de este caso”, declaró.
El expresidente de la RFEF insistió en que no ha cambiado su relato, y que siempre ha admitido haber actuado mal, pero sin intención delictiva: “Me equivoqué por la tensión del momento, pero no cometí un delito. La proporcionalidad se perdió. Fue un error, pero no una agresión sexual”.
Rubiales concluyó que el proceso judicial “aún no ha terminado” y confía en que el Tribunal Supremo reconozca que no existió delito. “Tiene que haber intención sexual para catalogar un beso como agresión. Yo sé que tengo razón. Lo que hubo fue un gesto equivocado, pero no un delito”, sentenció.
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