Desde el año 2000, todos los equipos que han ocupado el liderato en la División de Honor B tras la disputa de doce jornadas han logrado el ascenso al final de la temporada. Tras su triunfo ante el Bidasoa, el Prasa Pozoblanco es líder con 19 puntos, cuatro de ventaja sobre sus más directos perseguidores. La repetición de esa dinámica haría que los pupilos de Paco Castillo regresasen a Asobal once años después.

Sólo la campaña 05-06 estuvo cerca de suponer una excepción, pues el excelente inicio del Barakaldo le llevó al liderato tras diez jornadas, pero dos tropiezos permitieron que el Antequera accediera al primer puesto con 18 puntos para no soltarlo hasta el final, acompañado del Ciudad de Logroño en su ascenso a la Asobal. El tropiezo de los vascos -al final fueron quintos con 39 puntos- hace que el técnico pozoalbense mantenga la cautela ante los guarismos: "No los tenemos en cuenta. No podemos pensar en estas cosas. Son coincidencias que se dan".

El pasado ejercicio, el Cuenca entró en el soñado bucle. Los conquenses acumularon 22 puntos en doce jornadas, con una sola derrota, y ascendieron con 45, justo por detrás del Alcobendas, que lideró la categoría con 51 puntos, gracias a la gran segunda vuelta que realizaron los madrileños.

La historia dice que en el segundo tramo liguero el Prasa tiende a desinflarse, fundamentalmente, a causa de las lesiones y el cansancio de una plantilla corta. "Siempre es nuestro handicap", asegura Castillo, "porque intentamos forzar a los jugadores. Eso nos ha pasado factura muchas temporadas", asume, aunque confía en que en este curso todo sea diferente. "Estamos intentando no forzar tanto, reservar un poco más a los jugadores, aunque eso hace que no se hayan sacado algunos partidos", especialmente ante equipos de la zona baja. "Nos queda un tramo duro, no sé si más o menos duro del que ya hemos andado, sobre todo por el hecho de tener una plantilla suficiente, pero no sobrada", señala.

Al igual que el Cuenca, en la 06-07 el Pilotes Posada confirmó los datos y consiguió el salto (49 puntos) tras haber cosechado 20 en el primer tramo. Los vigueses supieron mantener la regularidad, algo que preocupa al preparador vallesano, quien indica que "es muy difícil, por el cansancio, las lesiones... Son factores externos que hay que tener muy en cuenta". Los gallegos ya habían ascendido varios años antes, cuando en la campaña 02-03 quedaron campeones con 45 puntos, 26 más que en la duodécima jornada, en la que también copaban la cima.

Antes de su debacle, el Barakaldo cumplió la norma en el ejercicio 00-01. Acabó con 57 puntos -la cifra más alta en la última década- mostrando una evidente superioridad frente a sus adversarios, después de pinchar en un solo choque, cediendo un punto de 24.

En la siguiente temporada, el Torrevieja también dio el salto (43 puntos), sólo por detrás del Alcobendas (48) y dejando al Prasa con la miel en los labios (40). Los alicantinos eran líderes con 18 puntos en las primeras doce jornadas. Su aventura en la Asobal duró sólo un año, pero dos años más tarde (03-04) repitieron ascenso, también como segundos tras el Alcobendas, campeón (51 puntos) tras haber liderado la clasificación en diciembre (21 puntos).

Para Castillo los números del Prasa son un reflejo de que "estamos demostrando que hay posibilidades y los jugadores se lo están ganando a pulso". "No es algo circunstancial, sino que nos lo hemos ganado con el trabajo", dice, y por ello cree que "algunos tomarán estos datos con cautela y otros con optimismo, pero con lo que hay que ser optimistas es con la plantilla". Asimismo, el técnico considera que el liderato "es algo bonito", aunque "a estas alturas no es determinante". Pese a todo, Castillo prefiere mantener los pies en el suelo y advierte que "esto da muchas vueltas y ya veremos dónde estamos al final". El curso 96-97, el año de la Asobal, queda muy lejos y, por ahora, los números invitan a soñar.