Las lágrimas se tornaron en gritos de felicidad
El CCF hizo llorar a Arturo la primera vez que asistió a un campo en aquella mágica tarde del Cartagonova en 1999; ahora lo hace feliz marcando goles en Segunda
Si alguien le llega a decir a Arturo Juan Rodríguez Pérez-Reverte en junio de 1999 que hoy estaría defendiendo los colores del Córdoba y celebrando goles como un cordobesista de corazón, seguramente se hubiera llevado las manos a la cabeza. Porque aquel día, siendo aún un niño, este cartagenero vivió su primera experiencia en un campo de fútbol. Y no fue precisamente positiva. El atacante blanquiverde vio en directo el cordobazo, la victoria del equipo de Pepe Escalante en Cartagonova que supuso el retorno a Segunda División tras casi dos décadas en el pozo. En enero, el mismo CCF llamó a su puerta y le dio la oportunidad de dar el salto al profesionalismo gracias a su buen hacer en La Roda. El domingo, ante el Alcorcón y en su décimo duelo en la categoría de plata, hizo su segundo gol como cordobesista -ya marcó en su debut ante el Recreativo-, un tanto que confirmó la remontada ante el cuadro alfarero y encarriló un triunfo vital. Su celebración, llena de rabia junto a la grada de preferencia, nada tenía que ver con las lágrimas que un día le hizo derramar el club de El Arcángel, ese que ahora le paga y que él defiende como el que más.
"Yo soy de Cartagena y soy del Cartagena. Lo seré toda mi vida. La primera vez que fui al fútbol fue con mi abuelo, la noche del cordobazo. Tenía 10 años y menudo estreno tuve. Mi sueño desde niño fue jugar con el Cartagena en el Cartagonova, pero no lo he logrado. Tengo que seguir mi carrera por otro camino". Arturo se expresó en estos términos en diciembre, cuando con La Roda jugó ante su gente y poco antes de que se hiciera oficial, ironías del destino, su fichaje por el CCF que ya llevaba meses adelantado. Era la oportunidad que venía demandando y que el Efesé le había negado en varias ocasiones. Al final se la dio un equipo que se anticipó en la carrera por el jugador de moda al Alcorcón, el Hércules y otros clubes de Segunda.
Ahora, Arturo, cartagenero de la calle Carlos III y estudiante de Obras Públicas Universidad Politécnica de Cartagena, disfruta en el CCF, la entidad que le ha cambiado la vida. El futbolista se ha adaptado bien a la ciudad tras varios meses compartiendo piso con tres compañeros en La Roda, una localidad de la provincia de Albacete de 16.000 habitantes que es mucho más famosa por sus miguelitos que por su equipo de fútbol. Eso sí, un equipo y un pueblo que le sirvieron para hacerse conocer en toda España gracias a un inusitado acierto goleador. En 16 jornadas firmó 15 goles, una cifra al alcance de muy pocos. Pero ni el olfato demostrado ni su fichaje por los blanquiverdes le ha hecho cambiar la perspectiva, pues tiene muy claro que "aquí nadie es Messi ni Ronaldo. Tengo que aplicarme y acabar mi carrera de Obras Públicas, desde luego".
Mientras tanto, se divierte con el balón. Y haciendo lo que mejor sabe: marcar goles. El domingo hizo su segunda diana como cordobesista al Alcorcón, en una acción que demuestra que tiene la portería contraria en la cabeza: control y remate de primeras para fusilar a Dani Giménez. "Cuando uno juega arriba le gusta marcar goles sean importantes para el equipo. En lo personal también me hacía falta marcar un golito y tuve suerte", sentenció tras el encuentro. Llevaba nueve partidos -y 14 jornadas- sin anotar, desde que a su estreno le puso la mejor rúbrica posible con una diana de delantero con mucha clase. Arturo tiene por delante ocho partidos y dos temporadas más para seguir demostrando que el CCF acertó de pleno con su incorporación y, de paso, hacerles ver el fallo a los que no tuvieron la vista necesaria para darle la oportunidad en el Cartagena cuando estaba en su filial.
También te puede interesar
Lo último