Cuando todo no es la intensidad

La intensidad y el equilibrio es básico en el CCF. Ayer con su sistema habitual, el conjunto blanquiverde se entregó y disfrutó de sus mejores minutos cuando Caballero acompañó a Abel Gómez en el centro del campo. La lesión de Pelayo rompió todos los esquemas y adelantar al madrileño a la mediapunta sirvió para que el Sporting se viniese arriba. La suerte fue que el equipo ganaba ya por 1-0 gracias al enésimo penalti pitado a favor.

Antes de que llegase el descanso, el Sporting metió en serios aprietos a los cordobesistas, aunque éstos se fueron con vida gracias a un excelente Saizar. Se sufrió de lo lindo, porque el conjunto de Sandoval se llevó la batalla en el centro del campo.

Tras el paso por los vestuarios, los rojiblancos siguieron haciendo daño a un equipo blanquiverde demasiado atrás que buscaba la contra para sentenciar. En una acción en posible fuera de juego y tras un rechazo, Carmona batió a Saizar. Tocaba empezar. Con la entrada de Uli Dávila, Caballero volvió a la medular. Ahí volvió el motor de un equipo que gracias a la calidad de López Silva anotó el segundo tanto, de Pedro. Tocaba aguantar las acometidas visitantes. Pero llegó el mazazo. López Silva y Rafa Gálvez fueron partícipes de un 2-2 que tumbó la intensidad local. La suerte de nuevo fue esquiva. Como en Murcia.