Un inicio de otros tiempos
El pleno del Elche remite al curso 58-59, el de su primer ascenso a Primera
Quince de quince. El Elche suma y sigue al frente de la tabla de la Liga Adelante, firmando registros de otros tiempos. Tras ganar el sábado al Sporting, por cierto con un gol de penalti más que dudoso de Edu Albacar, los franjiverdes se han convertido en el quinto equipo que hace un cinco de cinco en los últimos 20 años -el número 32 de la historia del fútbol español-, igualando el récord del club que tenía el cuadro del mítico César Rodríguez desde el curso 58-59. Una temporada inolvidable para los aficionados ilicitanos, pues supuso su primer ascenso a la máxima categoría. Y es que un registro así es sinónimo de éxito: de los últimos siete conjuntos que arrancaron con esas cifras, cinco terminaron celebrando el salto a Primera División. El único objetivo para el que está confeccionada esa escuadra, que el sábado en El Alcoraz de Huesca buscará un lugar más importante aún con un seis de seis que ya sería para hacérselo mirar. Todo a pesar de los problemas que está pasando en forma de lesiones, con Linares, Powel y Javi Flores fuera desde el inicio de la campaña, y Carles Gil y Palanca caídos en las últimas dos citas, amén de los desmayos sin pronóstico de Pelayo. Pero, como suele decirse, las penas con pan son menos. Y en el Martínez Valero ahora tienen para migas.
EL FAROL DE ALEIX VIDAL
"Si seguimos así, subimos en marzo". Aleix Vidal apenas lleva dos temporadas en Segunda División. Quizás pocas para haberse dado cuenta de la dureza de una competición que con 42 jornadas -y ese play off- se hace eterna. De ahí que su afirmación tras golear al Guadalajara (4-0) pueda considerarse todo un farol de un jugador sobrao. Es cierto que el equipo de Javi Gracia ha arrancado bien, con cuatro victorias y una derrota, y una buena dosis de solvencia en el Mediterráneo. Pero de ahí a verse ya en la máxima categoría va un mundo. Baste con ver lo que le ocurrió el año pasado al propio cuadro albirrojo, líder gran parte de la temporada para luego quedarse fuera incluso de la fase de ascenso. O la experiencia del Elche, también sólidamente destacado en la primera mitad del campeonato y al final también apeado de las seis plazas con recompensa.
EL CRÉDITO DE MANDIÁ
La aventura de Juan Carlos Mandiá en el Hércules vuelve a acercarse a su fin. Como si fuera algo cíclico, el técnico está otra vez en entredicho. La campaña pasada ya salvó varios match balls e incluso en el verano se rehizo a una difícil situación institucional que amenazaba con llevárselo por delante. Ahora parece que su crédito está acabado del todo. Tras caer en El Madrigal, encadenando la cuarta derrota en cinco partidos -los alicantinos son terceros por la cola-, el lucense fue incapaz de despejar las dudas sobre su futuro: "No tengo ni la menor idea de lo que va a pasar conmigo. Sé que es la pregunta del millón y me gustaría ser más rotundo sobre el tema de mi continuidad, pero no puedo decir nada concreto; no sé lo que va a pasar". Quizás lo sepan en su vestuario, donde no las tiene todas consigo. Y ya se sabe que si la plantilla no quiere jugar, las miradas se dirigen al banquillo... Porque es lo más fácil.
ION VELEZ ROMPE LA SEQUÍA
Estaba destinado a ser la referencia ofensiva del Athletic por muchos años. Con sólo 22 años debutó con el primer equipo rojiblanco y su sitio parecía estar en San Mamés. Pero como tantos otros no cuajó. Ion Velez tuvo que coger las maletas e irse a Alicante para foguearse en el Hércules. Y aunque luego volvió a Lezama, su futuro estaba lejos de allí. En el mercado de invierno de la temporada 2010-11, Caparrós decidió cederlo al Numancia, donde su trabajo en 18 jornadas no se vio reflejado en la portería contraria. Eso no le impidió firmar con el Girona, aunque su primer año estuvo marcado por la grave lesión tras un choque con el meta del Xerez Toni Doblas, que lo tuvo parado hasta marzo. Quedaba claro que ahora su rol no es de delantero titular, pero él está contento sintiéndose futbolista de nuevo. Sobre todo porque el domingo por fin pudo celebrar el gol que tanto tiempo llevaba esperando. Fue el quinto de la goleada ampurdanesa a Las Palmas, con el que cerró una sequía de tres años y cuatro meses. Su anterior diana se había producido el 9 de mayo de 2009 en un Athletic-Betis. Demasiado para alguien que vive de marcar diferencias sobre el portal rival. Demasiado para un hombre que al trabajo debe sumar algo más para sentirse importante.
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