Serio, pero menos crítico de puertas afuera que en otras ocasiones con idéntico final. Nada que ver con el esperpento de Barcelona, quizás más liviano por la entidad del rival de lo que pudo verse ayer en el Pizjuán. Pero Miroslav Djukic se limitó a decir que el Córdoba no estuvo "bien" por haber encarado el partido con "demasiado respeto y miedo" sobre el Sevilla, algo que le condujo a decir que "así es imposible" conseguir nada en un escenario tan difícil. Su receta para recuperar la calma pasa por recobrar "la solidez que hemos perdido" y dejar a un lado "regalos" que equipos con mayor potencial como el hispalense no perdonan.

"No hemos estado bien. Hemos salido con demasiado respeto y miedo, y el gol a balón a parado nos hizo mucho daño; a partir de ahí no existimos", indicó Djukic, serio como una pared, con cara de pocos amigos. El balcánico se apresuró a decir que "no era un partido de nuestra liga, pero teníamos que haber hecho más con balón; en la segunda parte queríamos más agresividad, pero luego vino el gol a balón parado y...".

Todo se vino abajo con el enésimo tanto encajado tras una acción a balón parado. "Son momentos determinados y tenemos que estar más concentrados; nos está costando mucho mantener la concentración y estamos esperando en cada partido a ver lo que vamos a hacer. Con tantos regalos es imposible. Cuando regalas cosas con un equipo grande como el Sevilla, es imposible", argumentó el preparador blanquiverde.

Esta vez Djukic miró al pasado para apuntar que "no hemos conseguido empatar a ninguno de los siete primeros y tenemos que intentar, primero convencernos de que podemos competir, pero debemos salir con más mentalidad para conseguirlo". Pero pronto el serbio volvió a mirar al frente: "Vamos a intentarlo, pero lo más importante es que el equipo recupere la solidez que hemos perdido y luego, a partir de ahí, que toquemos más fácil, porque abusamos de la individualidad y hay que tocar más colectivamente".

Cuestionado sobre los cánticos, desagradables, de la afición sevillista sobre el destino que espera al Córdoba en Segunda División, el técnico explicó que es algo que no influye porque "lo que nos debe molestar es que debemos hacer mejor las cosas porque en lo que cante la grada no podemos influir". E instó a que el equipo olvide "totalmente" los fastos sin premio alguno que recibió el día del Real Madrid y que tanto daño le están haciendo: "Debemos recuperar las señas de identidad que teníamos, estar juntitos, ser un equipo peleón y no meternos en la cueva sin apretar arriba; hay que afrontar los partidos con otra mentalidad".

Por último, Djukic argumentó su planteamiento porque "queríamos tener más gente de trabajo, pero no replegarnos, pero no hemos sido contundentes y no hemos hecho un buen partido" y tuvo palabras para Ekeng, que apenas duró ocho minutos en el terreno de juego por una agresión a Vitolo castigada por Vicandi Garrido: "El fútbol es para inteligentes. En fútbol hay que pelear y luchar, pero con inteligencia, porque así es imposible competir. Una cosa es la intensidad y el espíritu, y otra entrar a lo loco, porque eso penaliza muchísimo. Ekeng es un jugador bueno, pero no va a ser jugador hasta que no aprenda estas cosas; además, es reincidente y, si quiere competir, tiene que aprender esas cosas". El camerunés ya ha pagado los platos rotos, pero a buen seguro que hay alguno más que termina señalado por este partido.