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Roquetas | lucena · la crónica

Regalos El Lucena resucita al Roquetas y enlaza su cuarta derrota consecutiva en un partido en el que volvió a fallar atrás Cambios Las variantes de Falete no cuajaron

Geca Sport / Roquetas De Mar

01 de noviembre 2010 - 05:02

Falete decía en la previa que "si no estamos bien atrás, no podemos aspirar nada". Y, efectivamente, el Lucena no pudo aspirar a nada en su visita a Roquetas de Mar, donde encadenó su cuarta derrota consecutiva -y la quinta jornada sin ganar- ante un rival directo en la lucha por la permanencia que toma aire a costa de los lucentinos. El cuadro almeriense llevaba seis fechas sin llevarse una alegría a la boca, y ayer se pegó un festín por obra y gracia de un equipo que ha perdido definitivamente el norte. Con una endeblez defensiva fuera de lugar -ha encajado once goles en las últimas cinco citas- y los habituales lunares en ataque, el conjunto de Falete ha tirado por tierra su buena puesta en escena y ya está a sólo un punto de la plaza de play out y dos de la zona de descenso. Sabía que ésta iba a ser su guerra, pero la batalla ha llegado antes de lo previsto. No es lo mejor en vísperas de recibir al Cádiz...

Por primera vez en la temporada, empujado por la necesidad de recuperar la confianza desde la defensa, Falete dejó a un lado su clásico 4-1-4-1 para jugar con un doble pivote eminentemente de contención. Toni Seoane formaba junto a Sarmiento para dar aire a una línea de tres mediapuntas en las que destacaba el regreso de Jesús Lanza y la primera titularidad del canterano Fernando. Todo un aviso para José Manuel, Jony Lomas, Luis Zambrano o Dani Lanza -estos dos últimos ni viajaron por decisión técnica y sanción, respectivamente-, los desaparecidos hombres de banda de un bloque al que le cuesta un mundo poner en jaque a las zagas enemigas.

A pesar del 3-0 final, el partido estuvo igualado y sólo se decidió a favor de los locales por su mayor efectividad en la definición, sobre todo en las acciones a pelota parada. Así abrió la lata el Roquetas, que jamás marcará un gol tan fácil de córner como el que ayer le regaló el Lucena. El problema es que no es un caso aislado; viene de lejos y Falete no parece encontrar solución a esta sangría. Con el marcador a favor, los almerienses esperaron a que su rival diera el paso al frente para matarlo.

Los lucentinos, que comenzaron más metidos en el juego, gozaron de su primera ocasión clara a los 10 minutos de partido. Pineda, aprovechando un fallo de Morillas, se plantó frente a Flavio, pero su disparo salió ligeramente desviado. Unos minutos más tarde, el propio ariete celeste volvió a dar un aviso, escapándose con el esférico de la defensa roquetera y sólo frente a la portería, disparó a placer, pero un efectivo Flavio pudo despejar la pelota.

Estos primeros acercamientos despertaron al Roquetas, que comenzó a presionar, haciendo gala de una actitud que semanas atrás estaba desaparecida en el cuadro local. Corría el minuto 33 de partido cuando Javicho botó un corner que supo aprovechar Israel para empujarlo a la red. Poco después Marc Martínez robó la cartera a Romerito, pero no vio a Kike Lorenzo, que ya se preparaba para fusilar a Toni García, mandando al limbo una inmejorable oportunidad para haber sentenciado la contienda en la primera mitad.

Comenzó el segundo periodo y los dos equipos salieron con las ideas muy claras. Sin embargo, el Roquetas no dejó muchas opciones a los lucentinos, que tuvieron que sobreponerse a la lesión de Álex Cruz. El lateral, que ya había notado molestias en el primer acto, pidió el cambio aquejado de fuertes dolores en el hombro tras una nueva mala caída. Su marcha llegó sólo unos minutos después de que Falete moviera su banquillo para dar frescura al frente ofensivo. Con Óscar Ventaja y Jony Lomas, el Lucena recuperó por unos instantes el 4-1-4-1, antes de quedarse con una línea de tres atrás -Sarmiento ejercía de salvavidas- para jugarse el todo por el todo en los minutos finales.

Entre una y otra acción, el Roquetas aumentó su renta. Kike Lorenzo, gracias a una magnífica asistencia de Israel, subía el segundo tanto al marcador local. Ya con toda la carne puesta en el asador, el Lucena volvió a demostrar todas sus carencias ofensivas. Apenas si creó un par de oportunidades, todas a balón parado y con un rédito insignificante. Todo lo contrario que su enemigo, que firmó el tercero con un mano a mano de Manolo.

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