"La idea es que la prueba sea atractiva, distinta y sostenible"

Siete temporadas, desde 1992 hasta 1998, como ciclista profesional en equipos de renombre como el Kelme, el Artiach, el Festina o el Boavista, otro puñado de años al frente del ya extinto Córdoba Patrimonio de la Humanidad y, en definitiva, toda una vida dedicada al ciclismo. Juan Rodrigo Arenas (Pedro Abad, 1967), con la estrecha colaboración de Rafael Rubio, está empeñado en hacer de Córdoba un lugar de referencia en el mundo de las dos ruedas, y ahora su proyecto vira en torno a la mountain bike. Los próximos 13 y 14 de febrero se celebrará la III Vuelta a Córdoba BTT, un proyecto que nació cogiendo el relevo de otro también sostenible con la naturaleza con la idea de ofrecer "algo diferente" y que ya se ha convertido en toda una referencia para los mejores bikers del país.

-Un ciclista en ruta promoviendo la BTT. ¿Me lo explica?

-Es que ahora se fomentan más las pruebas de BTT, entre otras cosas porque en éstas una parte de la financiación la hacen los propios corredores y en carretera debe ser todo a pulmón, eso hace que se compartan gastos y de ahí este auge. Además, hay una gran afición a la montaña que está dejando en una situación difícil a la carretera.

-¿Y hay un por qué lógico a este auge sufrido de un tiempo a esta parte por esta disciplina?

-Principalmente se ha producido por las posibilidades que ofrece de estar en contacto con la naturaleza, particularmente en Córdoba de disfrutar de la sierra que tenemos y la facilidad de recorrer largos espacios al aire libre. Eso y que el peligro respecto al ciclismo en carretera es menor.

-De hecho, el número de pruebas crece año tras año, abriendo un abanico de posibilidades inmenso.

-Hay un maremagnum bestial que ofrece alternativas para todos los gustos. Pero al final, las que triunfan son las mejores, la más atractivas o las que ofrecen algo distinto, porque como la oferta es tan grande, hay que elegir en el calendario. De ahí nuestra apuesta porque los corredores se pongan como objetivo la Vuelta a Córdoba con el deseo de tenerla en su palmarés.

-¿Con qué objetivo nació este proyecto que cumple tres años?

-Queríamos hacer algo distinto, dejando siempre a un lado la obsesión con la participación masiva. La idea es que la prueba sea atractiva, distinta y sostenible con el medio ambiente. El primer año nos marcamos un cupo de participación de 400 corredores, de los que completamos unos 250, en el segundo lo agotamos y, para este tercero y viendo la demanda del pasado año, ampliamos a 500. Nos hemos plantado en esas cifras que son las que se pueden manejar sin problemas, aunque sabemos que tenemos que crecer, si bien con ese formato de crono es difícil. De momento, lo que hemos hecho es dar la posibilidad de correr sólo la etapa maratón de la segunda jornada, para la que van a tomar la salida unas 80 personas más.

-Eso de la crono sí que no es muy usual.

-Es cierto, y hasta se puede decir que fuimos pioneros. Cuando nació el proyecto, le planteé la idea al responsable de BTT a nivel nacional, que se quedó un poco pillado y me dijo que eso no tenía reglamentación, pero que le tirara para adelante y que ya le darían forma. De hecho, desde entonces ya hay varias pruebas a nivel nacional que nos han emulado, porque el concepto de unir una cronoescalada y una etapa maratón gustó mucho desde el principio. Al final, se juntaron tres alicientes como el formato por parejas, la cronoescalada y que se disputara en varios días y dieron como resultado una pócima explosiva.

-Otro de los atractivos que puede llamar la atención del gran público es que se disputa por parejas.

-En el ciclismo estamos obsesionados con la seguridad y, de hecho, el equipo médico que tenemos es bestial; está claro que puede pasar algo, pero por medios no va a ser. Así, el ir por parejas te da una tranquilidad mayor que yendo solo. Además, esto fomenta el compañerismo, el esfuerzo y la solidaridad que hacen de la prueba un cóctel diferente y que gusta. De todas formas, esto juega también un poco en contra nuestra, pues al meter un formato de parejas el proceso de inscripción se dificulta, pues hay que encontrar un corredor de nivel similar y esperar que no haya ningún contratiempo. De hecho, en la última semana se suelen caer varias parejas, pero como afortunadamente la lista de espera es amplia...

-En definitiva, un concepto de equipo que seguramente ha traído de su etapa en el pelotón.

-Puede ser, porque el ciclismo de montaña suele ser más individual que el de carretera, porque no hay lugar a tácticas de equipo, estrategias, preparación... y la orografía del terreno pone pronto a cada uno en su sitio.

-Mirando de nuevo a la Vuelta, imagino que satisfechos con la acogida y que se agotaran tan pronto los dorsales.

-Desde luego. Sobre todo porque también hay que tener en cuenta que el 85 o el 90 por ciento de los participantes son de fuera de Córdoba, lo que les obliga a pernoctar en la ciudad, algo que no deja de ser importante.

-¿Influye positivamente el hecho de que sea la antesala de la Andalucía Bike Race?

-Bueno, es cierto que hay parejas, sobre todo extranjeras, que vienen para comenzar a preparar la ABR, pero la mayoría viene buscando la Vuelta a Córdoba, que ya tiene su caché. De hecho, ya son habituales las parejas Trujillo-Fernández, Beltrán-Carrasco o Romero-Díaz que a buen seguro van a estar en el Top 10 de la ABR tras pelear por la victoria en la Vuelta.

-Bueno, y como gran novedad este año, la carrera para niños, que al final hay que empezar a hacer cantera para que esto no decaiga.

-Es el paso más que hemos querido dar este año dentro de la evolución constantes que nos marcamos desde el inicio. En la primera edición salimos ya con algo diferente en cuanto al formato, en la segunda sacamos un seguimiento real del corredor a través del gps del móvil, y para éste apostamos por la Vuelta a Córdoba kids, que está teniendo mucha aceptación.