La hora de 'the special one'

El Real Madrid y José Mourinho afrontarán desde mañana sendas pruebas de fuego: mientras el equipo blanco buscará ante el Olympique de Lyon cortar su maldición de seis eliminaciones seguidas en octavos de final de la Liga de Campeones, el técnico portugués desea comenzar a justificar su condición de special one, en quien la entidad depositó sus esperanzas por su calidad, por ser el defensor del título y por sus ambiciones de récords personales.

"Mourinho se juega su cabeza y su credibilidad en los octavos de final y el presidente, Florentino Pérez, también. Haremos todo lo posible para ganarles", dijo la semana pasada Jean Michel Aulas, presidente del Lyon, en el diario L'Equipe. La actuación en la Champions podría significar la ventaja de Mourinho respecto a la campaña del chileno Manuel Pellegrini el año pasado. A lo largo de la última década, el entrenador luso demostró un potencial enorme en la competición de clubes más importante del continente.

Mourinho llevó a la gloria al Oporto en 2004 y consagró al Inter como campeón europeo en mayo después de 45 años. Junto a Ottmar Hitzfeld y Ernst Happel, es uno de los tres únicos entrenadores que han ganado dos Copas de Europa con equipos diferentes. Así, el Real Madrid significa para el portugués la oportunidad de alcanzar un reto hasta ahora inédito: tres títulos de Champions con tres conjuntos distintos. "El Real Madrid quiere tanto la décima (Copa de Europa) como yo quiero la tercera. No me parece que sea diferente. Pero saben, como yo, que es muy difícil conseguirla", espetó el técnico durante la fase de grupos de la actual edición.

Hasta el momento, el Madrid mantiene firme su contundencia en el ámbito europeo mientras persiste con su persecución al Barcelona en la lucha por el título de Liga. Pero el objetivo está depositado ahora en el Lyon, su sorpresivo verdugo en los octavos de final de la Champions del año pasado. El combinado francés estará respaldado en la eliminatoria por los fantasmas.

"El Lyon no me quita el sueño, pero desde el día del sorteo he trabajado con mi gente para conocer todos sus detalles", destacó el sábado Mourinho, quien hasta renunció a un entrenamiento del Real Madrid -en la víspera de visitar al Espanyol- para acudir a un encuentro entre su próximo rival y el Saint Etienne. Las precauciones del portugués para el choque continental son tales que hasta decidió dar descanso a dos piezas claves en su esquema, Xabi Alonso y Özil, durante el último encuentro liguero ante el Levante.

"No me gusta defenderme amparándome en que necesitamos mucho tiempo para trabajar. Me gusta afrontar los retos de un modo ofensivo, sin miedos. Por esta razón, mi objetivo es ganar", aseguró Mourinho en una de sus primeras entrevistas como entrenador madridista. Llegó la hora de que el portugués empiece a defender su rótulo de special one.