Un grande pasa por el Valle

Pozoblanco se vistió de gala para recibir la presencia del Rayo Vallecano. El Municipal no había visto nunca a un equipo de Primera, aunque en los años 70 en el Virgen de Luna sí llegaron el Atlético de Madrid y el Atlethic Club de Bilbao.

Evidentemente, el cuadro madrileño fue muy superior imponiendo su suave dominio del balón, tocando de orilla a orilla con un Lass que hizo las delicias de la grada. A los ocho minutos el Rayo ya había hecho el primero y parecía que iba a ser un palizón, pero los de Sandoval perdonaron y no encontraban la manera de meterle el diente a los de Hidalgo.

Pese a todo, y antes del intermedio, Movilla demostró que aún sigue siendo ese jugador que un día enamoró en el Atleti. Al filo del descanso marcó el segundo.

El Pozoblanco se dejó los miedos en el vestuario y tuvo dos oportunidades bárbaras, pero ni Isidro ni Hugo acertaron. El Rayo perdió espacio en el mediocampo quizás porque ya no estaba Movilla. Pese a todo, los madrileños remataron la faena con un tercer gol de Susaeta de penalti. La acción de pena máxima la cometió Toscano sobre Leo. Y todo acabó entre abrazos en un día para la historia de Pozoblanco.