Entrevista a Javi de Juan - Jugador de rugby

  • El deportista cordobés, que realizó un clínic para el Mezquita Rugby en el Open Arena, reconoce que "fue un honor y un privilegio" que su club le diese "esta oportunidad"

“Jugar el Mundial sería el culmen a mi carrera”

Javi de Juan, en las instalaciones del Open Arena, durante el clínic impartido al Mezquita Rugby. Javi de Juan, en las instalaciones del Open Arena, durante el clínic impartido al Mezquita Rugby.

Javi de Juan, en las instalaciones del Open Arena, durante el clínic impartido al Mezquita Rugby. / Juan Ayala

Las instalaciones del Open Arena acogieron el pasado 30 de diciembre un clínic muy especial para Javi de Juan. "Mi hermano es jugador del equipo y conozco a los entrenadores y al presidente. Siempre que vengo me escapo y entreno con ellos. Me gusta venir a Córdoba y hacerlo, pero me propusieron algo diferente y fue una gran idea porque fue algo más técnico y detallado. Era una buena excusa para reunirnos, vernos y, si lo que yo he aprendido a lo largo de estos año sirve para que aprendan, bendito sea", relata el mejor jugador de rugby de Córdoba, que desea retomar la competición tras pararse "en seco" por la pandemia del covid-19 durante el pasado 2020. En el horizonte, el Mundial de Seven de Sudáfrica de septiembre de 2022. Allí desea estar, como reconoció a el Día, y para ello sigue sacrificándose como el primer día.

-¿Qué significó para usted hacer este clínic?

-Fue un privilegio y un honor que mi club me diese esta oportunidad. Y yo lo hago encantado. Para mí, al final, Córdoba son mis orígenes, mis raíces, de las que nunca me olvido. Y siempre, que no es mucho, bajo a Córdoba y me paso. Es verdad que me fui pronto a Sevilla y me crié rugbísticamente allí, pero no me olvidó de dónde vengo ni de dónde salí, del Córdoba Rugby ni de Córdoba, que es mi ciudad.

-¿Cómo está el rugby en España, en general, y en Córdoba, en particular?

-El rugby en España en esta temporada atípica se ha frenado en seco, pero en general va subiendo el nivel. Va subiendo y bastante. En Córdoba, desde que yo empecé hasta ahora, el cambio es abismal. Yo empecé en un equipo en el que no había apenas categorías inferiores. Ahora sí las hay, hay escuelas, y no sólo hay un equipo, hay dos encima. Son equipos que pueden jugar entre ellos, puede haber competición y es una maravilla. El rugby en España ha crecido, pero en Córdoba lo ha hecho mucho más. Y mientras más equipos haya, instalaciones y cosas que se les pueda dar, mucho mejor.

-¿Cómo llevó el extraño 2020?

-Bastante complicado. Veníamos de empezar la temporada bien, de hacer buenos torneos, pero se cortó en seco todo. Llevamos una preparación muy dura, de seis meses, con pretemporadas muy duras, y que se corte así te deja un poco colgado. Nuestras competiciones son internacionales y se complica más porque son 16 países extranjeros en un país. La cosa está parada y se espera que para abril o mayo haya algo, pero habrá que esperar.

El internacional español de Seven da un pase lateral a una jugadora. El internacional español de Seven da un pase lateral a una jugadora.

El internacional español de Seven da un pase lateral a una jugadora. / Juan Ayala

-Parece entonces que hay luz al final del túnel para este nuevo año...

-A priori, tenemos una competición en Madrid. Creo que va a salir y está más cerca, aunque esto es una veleta y puede cambiar en cualquier momento. Luego tenemos una o dos series mundiales, pero no me he preocupado mucho porque no me he querido hacer ilusiones por si luego se cancelan, que te fastidian el doble. Y luego hay europeos, que son clasificatorios para el Mundial de Sudáfrica de la temporada que viene, que es bastante importante, y que serían en verano. Esa sería nuestra temporada.

-¿Qué significa para usted defender los colores de la selección española?

-Al final no es que te pongas una camiseta. No lo veo como una camiseta, si no como todo el esfuerzo y sacrificio acumulado en estos años. Es una cosa difícil porque el nivel en España está creciendo mucho y me he esforzado y me he sacrificado mucho. Y aún así lo sigo haciendo como el primer día. Es una recompensa a ese trabajo.

-Supongo de detrás de eso hay muchas horas de sacrificio.

-Muchas horas y muchos años. Cualquier deportista de alto nivel ha tenido que esforzarse. Hay gente con mucho talento, pero la mayoría de la gente gracias a un trabajo duro. Es la receta, la fórmula; el éxito es trabajar duro y ser muy constante.

-¿Le queda por cumplir algún sueño más?

-Me gustaría clasificarme y jugar un Mundial, que es el año que viene. Sería, para la edad que tengo, el culmen a mi carrera rugbística; y las Olimpiadas, pero es verdad que es más complicado porque está más lejano. Pero de meta, jugar un circuito entero de series mundiales, que este año no hemos podido y siempre me gusta, y el Mundial de Sudáfrica de Seven.

-Parece, por tanto, que le quedan pilas para muchos años.

-Me quedan, pero no sé para cuánto. Al final, en el rugby puedes estar de maravilla, pero un mal golpe te puede descartar los planes. Lo veo temporada tras temporada.

De Juan muestra cómo placar a un joven jugador. De Juan muestra cómo placar a un joven jugador.

De Juan muestra cómo placar a un joven jugador. / Juan Ayala

-¿De cara al futuro, cuando se retire, le gustaría seguir ligado al rugby?

-La verdad es que no lo sé. Depende del día y cómo me levante, porque me he planteado de todo. Llevo 15 años dedicado exclusivamente al rugby, pero a lo mejor podría bajar el ritmo, jugar en algún club o buscar otra faceta. Dependerá del día y de los dolores.

-Que no serán pocos, los dolores, digo.

-Al final son lesiones que vas arrastrando y que te las cuidas, pero todo el que juega al rugby está lleno de dolores. La cosa es aguantar y tirar para adelante.

-¿Qué mensaje lanza a los niños que quieran practicar rugby?

-Que prueben. Yo hice balonmano, fútbol sala, bicicleta y carreras de atletismo, pero el que me enganchó fue el rugby. Yo no lo conocía hasta que lo probé y me resultó atípico, fuera de fútbol, baloncesto, tenis, balonmano; fuera de lo típico, de lo que hay en Córdoba. Me enganchó y le debo todo a este deporte. A nivel personal, es un deporte humilde, que te inculca valores y que lo puede practicar todo el mundo. Es un deporte que te ofrece la posibilidad de crecer personal y deportivamente. Y lo bueno son los amigos que te da y esos terceros tiempos. Es una cosa que agradezco a este deporte.

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