Baloncesto l LEB Plata

Más que dura, muy dolorosa

  • El BC2016 cae ante el Caja Rioja en su estreno en Vista Alegre · La reacción del último periodo queda incompleta

Un puñado de malas opciones en el último minuto, un catálogo de errores a lo largo del encuentro y el oficio de un rival bregado en batallas como ésta acabaron con las esperanzas del Cajasur de celebrar con victoria su estreno como local en Vista Alegre. Y la pena es que, por momentos, el equipo llegó a enganchar a los cerca de mil espectadores que se acercaron ayer al Palacio. En esta particular batalla contra el pasado y contra el futuro que día a día tiene que librar el BC2016, golpes tan previsibles pero duros como el de ayer pueden resultar mortales.

Todo lo bueno y lo malo que puede ofrecer el Cajasur quedó plasmado en unos primeros 20 minutos para la esperanza y para la reflexión. El amedrentador inicio del Caja Rioja, a base de rápidos contraataques y con total dominio de los tableros, descolocó a los locales, que todavía no habían empezado a sudar cuando ya tenían el partido cuesta arriba (7-15, min. 6).

Entonces llegó la reacción, dos minutos mágicos de esos que necesita un equipo que quiere enamorar. Sólido en defensa y agresivo en ataque, el BC2016 le dio la vuelta al marcador en medio de un vendaval de triples comandado por Garrido que obligó a Jesús Sala a pedir tiempo muerto para cortar la hemorragia. Un parcial 15-0 disparó a los bermellones hasta un 22-15 (min. 8) que se estiró hasta una máxima de 32-21 (min. 13) ya entrado el segundo cuarto. Quedará para la pequeña historia la ovación que despidió al grupo al término del primer cuarto y la sensación de que, aunque tibiamente, empezaba a haber cierta comunión entre el equipo y la grada.

Todo marchaba de acuerdo al plan previsto. Gomariz mandó correr y martillear desde el perímetro a un Caja Rioja plagado de veteranos de guerra. Pero con los riojanos tambaleándose, el Cajasur se empeñó en adelantar los regalos de Navidad permitiendo a su rival meterse en un partido del que tenía un pie fuera. A tirones, la ventaja fue desapareciendo hasta quedar reducida a la nada al descanso después de encajar hasta 32 puntos en el segundo periodo.

El 48-49 del intermedio era, cuando menos, preocupante. El Cajasur había hecho muchas cosas bien -también algunas mal-, demasiadas para quedarse sin premio. Ni los diez triples ni esos buenos minutos en el primer cuarto habían servido para nada.

Quizás tenía algo que ver el tremendo control riojano en el rebote (sólo 8 por 17 del rival) y la sensación de que los pívots visitantes nadaban como peces en el agua en la zona bermellona, con el blandengue Mallory como mayor amenaza. Para colmo, al Cajasur se le apagaron las luces en un gris arranque del tercer cuarto, suficiente para que el Caja Rioja recuperara la iniciativa (55-62, min. 26) y convirtiera lo que debía ser una fiesta en un amago de pesadilla.

De repente, las muñecas afiladas de la primera parte se encogieron hasta el extremo. Suka no aparecía, Ferrer no era suficiente y Expósito no daba una. ¿Y por dentro? Nada. El que después de ver el partido de ayer todavía piense que no merece la pena hacer el esfuerzo por Ricky Sánchez está ciego. Sin hombres resolutivos y sin tiradores que desatascaran el embrollo, los visitantes encontraron el camino abierto para abrir un hueco que, ahora sí, parecía definitivo (61-71, min. 33).

Pero al Cajasur le quedaba una bala en la recámara. Un arranque de genio y un parcial 9-0 estrecharon el marcador hasta un esperanzador 70-71 a cuatro minutos para el final, pero ahí se gripó el motor. Suka falló dos bolas para completar la remontada, Ferrer y Almazán tampoco acertaron en sus triples y las opciones de celebrar un triunfo en el estreno en Vista Alegre se fueron al garete.

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