El Ciudad de Lucena está "a 90 minutos del sueño" del ascenso a Segunda División B tras doblegar el pasado domingo al Xerez DFC (1-1) en la semifinal del play off del Grupo X haciendo valer su mejor clasificación en la fase regular del campeonato. El sábado, en una hora aún por determinar -será a las 20:00 en el Marbella Football Center o a las 22:00 en el Municipal de Marbella-, intentará "pelear" por dar el salto de categoría ante el Betis Deportivo, verdugo del Utrera con más claridad (3-1) y al que le vuelve a valer el empate por su condición de campeón.

"Somos justos merecedores de estar en la final ante un Betis Deportivo que puede ser un equipo de otra categoría, pero estamos en la final por méritos propios y vamos a intentar pelearle el ascenso", señaló nada más concluir el choque ante el Xerez DFC el técnico celeste, Dimas Carrasco, que prefiere restar presión a los suyos ante la gran batalla: "Ese partido tenemos que disfrutarlo".

El entrenador de la escuadra lucentina argumenta que el filial verdiblanco "es un rival bueno", si bien eso mismo puede jugar a favor de los suyos: "Creo que nos viene muy bien que quiera jugar al fútbol y con esa personalidad que tiene, y quiero ver si me equipo tiene también esa personalidad de medirse a un Betis con jugadores que han jugado mucho en Primera, como Édgar; vamos a ver si somos capaces. Si no nos da, pues habremos disfrutado de un año importante y bonito y, si nos da, imagina la alegría que se va a llevar Lucena".

De momento, ese próximo partido ha obligado a contener la euforia por el primer paso dado el domingo ante el Xerez DFC, en un partido competido durante casi 100 minutos. "Se ha sufrido, pero estamos en la liguilla, en el Grupo X y no hay rival fácil", apuntó Carrasco en la sala de prensa del Municipal de Marbella, donde matizó que "el encuentro tenía un guion preestablecido porque sabíamos que si llegábamos con un marcador ajustado al final ellos iban a meter mucha gente arriba, opciones de remate, y en esa especialidad tenemos jugadores muy bajitos para defender".

"Se ha sufrido, y es cierto que durante la temporada nos hemos encontrado muchos partidos en los que el descuento ha sido muy negativo para nosotros y nos lo debía. Hemos aguantado bien, el equipo ha estado ordenado y ha muerto el partido. Ya estamos con los pies en la final, pensando en el Betis, y estamos a 90 minutos del sueño, vamos a intentarlo", continuó Dimas, antes de analizar más en profundidad el choque ante los xerecistas.

De puntillas por la polémica

"En el primer tiempo hemos estado muy serenos, hemos encontrado la salida de balón fácil, ellos presionaban, pero hemos encontrado soluciones y hemos sido nosotros. Pero como dije a los chicos, es nuestro primer partido tras el parón de covid, el césped natural nos podía pasar factura e incluso por mucho que yo quiera tirar la línea defensiva más adelante, en el tramo final con los nervios hemos dado un paso atrás, nos hemos hecho más largos de la cuenta, no hemos encontrado al punta para que nos permitiera salir... Ha sido diferente la segunda parte, pero hemos sido camaleónicos y hemos sabido jugar bien con balón y sin él", explicó el técnico celeste.

Dimas Carrasco, que no quiso incidir en las quejas de su rival por dos goles anulados porque "habría que irse a las imágenes para ver si son fuera de juego", sí puntualizó que el Ciudad de Lucena juega con "la línea defensiva muy adelantada, a casi 40 metros de la portería porque como somos pequeños intentamos que el remate sea lejos del área. No creo que esas dos jugadas hayan marcado el partido, porque el primer tiempo ha sido nuestro y el segundo de ellos, con más corazón que cabeza".

Con todo, el preparador de los lucentinos prefirió mirar a los suyos y alabar el buen trabajo realizado sobre el terreno de juego siendo "ese equipo que le gusta tener el balón, que encuentra salida y tiene fluidez en el juego colectivo... Además, se han esforzado todos, han sido solidarios, no han escatimado esfuerzos...". Y con la "personalidad" suficiente para superar "el mazazo" del 0-1 nada más salir de vestuarios para devolver el partido a su guion original pese al cansancio y las molestias que le empujaron a mover el banquillo. Un esfuerzo que queda en nada con el premio conseguido que deja el ascenso a apenas 90 minutos.