Hay que creérselo ya

Con un colchón de cuatro partidos sobre la zona de descenso y viendo el paupérrimo rendimiento de los cuatro últimos, el Córdoba está obligado a mirar hacia arriba. Es cierto que el play off, situado ahora mismo a 8 puntos, parece un sueño lejano. Pero es el único objetivo planteable para un equipo que llega a las últimas diez jornadas, al tramo decisivo del campeonato, con el convencimiento de que aún no ha alcanzado su tope. Quizás esté en el camino, a pesar del bajonazo que supuso la última derrota cosechada en El Alcoraz de Huesca. Y de la plaga de lesiones que no acaba de marcharse del vestuario blanquiverde. La recaída ayer de Arteaga es el último mal trago que ha tenido que soportar Lucas Alcaraz, que ya se hacía la idea de poder contar para el esprint final con toda la artillería -a expensas de las sanciones-, ya que Javi Flores y Gaspar enfilan el final de su tortuoso túnel.

Su deseo tendrá que esperar. Y mientras llega ese momento, el presente -y quizás el futuro- del cordobesismo pasa por la cantera. El centrocampista Javi Hervás ha sido el último en llamar a la puerta del primer equipo. Y Lucas, consciente de que la delicada economía de la entidad obliga a mirar hacia abajo, se la ha abierto de par en par, como ya hizo la temporada pasada con Fuentes, Pascual y Toni Seoane -estos dos últimos están cedidos en el Lucena- y en la actual con Fernández, Mane y Fede Vico. Hervás y Beobide son las grandes novedades de una convocatoria de 19 futbolistas -el técnico hará un último descarte antes del encuentro- marcada por la lesión de Arteaga a la que también regresa Usero, y de la que se caen los sancionados Tena y Pepe Díaz. Por decisión del cuerpo técnico se quedan fuera una vez más Gerardo y Gaspar, fuera de forma, así como el defenestrado Dañobeitia.

Es toda la carne que puede poner en el asador este CCF ante un Alcorcón que lejos de Santo Domingo asusta menos. O nada. Sólo ha puntuado en cuatro salidas -un triunfo y tres empates, resultados todos ante equipos de la zona de descenso... y el Xerez-, por lo que es, de largo, el peor visitante de la categoría. Eso es lo que dicen los números. Pero no la sensación que se respira en El Arcángel de puertas hacia adentro.

Nadie ha olvidado aún el varapalo sufrido en la primera vuelta, cuando los blanquiverdes venían de conseguir una histórica clasificación para octavos de final de la Copa y los alfareros le sacaron todas sus carencias en un duelo histérico. ¿Aires de revancha? También, si bien lo más importante es ganar para dar caza en la clasificación a su rival... y encender de nuevo la llama de un play off con el que empieza a soñar la plantilla a pesar de los grilletes del técnico.

Un Alcaraz que dará continuidad al once a pesar del último revés. No hay por qué cambiar, a no ser que las sanciones obliguen. En este caso, las únicas novedades serán la entrada de Agus y Jonathan Sesma por Tena y Pepe Díaz, ambos castigados por Competición. El central manchego jugará así su primer partido en lo que va de segunda vuelta. Un examen de nivel ante una grada ávida de alegrías y un rival ante el que sufrió una de sus peores tardes como blanquiverde.

Con los protagonistas prácticamente repetidos, sólo queda que esta vez no haya ningún factor externo que enturbie la tarde. Lucas ya se ha quejado de la casualidad de las dos últimas designaciones arbitrales -el peor colegiado para los visitantes en Huesca y el peor para los locales en casa-, al tiempo que ha puesto todo lo que está en sus manos para que el equipo acuse lo menos posible el brusco cambio de temperatura experimentado en los últimos días.

Calor, pasión, corazón y fútbol. Unos argumentos que en El Arcángel provocan una explosión de sentimientos. El cordobesismo está presto a disfrutar. Los jugadores quieren regalarles una victoria. Y de fondo está el play off. Si todo sale según el guión escrito esta noche por Lucas, mañana estará un poquito más cerca.