Los cordobeses Alberto Murillo y Pablo García dan el salto a la Liga Asobal

Córdoba gana presencia en la Liga Asobal. A la consolidada estancia del Ángel Ximénez de Puente Genil en la máxima categoría del balonmano nacional se suma ahora el ascenso de Alberto Murillo y Pablo García, pareja de árbitros cordobeses que a partir de este próximo curso estarán en la élite de su deporte en España, fruto del buen hacer de las últimas temporadas.

El salto a la Liga Asobal de Murillo y García fue confirmado recientemente por el Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Balonmano, que incluyó a los cordobeses entre los colegiados que dan el salto a la máxima categoría. Ese honor de pitar en la élite les llega después de un duro trabajo en la División de Honor Plata, que culminó con su satisfactoria participación en el play off final por el ascenso celebrado el pasado mes de mayo. Esa competición suponía una suerte de reválida para los árbitros cordobeses, que confirmaron su buen hacer para ganarse con creces un puesto en la Liga Asobal.

De esta forma, Alberto Murillo regresará a la Liga Asobal como miembro de pleno derecho del equipo de árbitros de una categoría que conoce a la perfección, pues hace más de una década que ha dirigido encuentros en ella de manera más o menos regular. El cordobés vivió una etapa muy sólida junto al almeriense Sebastián Fernández, con el que llegó a destacar entre las parejas arbitrales mejor valoradas por los propios clubes de la máxima categoría.

Sin embargo, cuando su compañero dio el paso de presentarse a la presidencia de la Federación Andaluza de Balonmano, Alberto Murillo tuvo que recorrer el camino de regreso a la élite, forjando una nueva pareja arbitral junto al también cordobés Pablo García, que tiene ahora su primera oportunidad de demostrar su valía con continuidad en la élite. Con una trayectoria firme y ascendente, el buen trabajo de la última temporada se ha visto ahora premiado con un merecido ascenso que permite a Córdoba ganar más presencia en la Liga Asobal.