El Córdoba ganó ayer mucho más que un partido. La simbiosis con la afición llevó a Paco Jémez a resumir que "aparte de que el equipo ha ganado y ha dado una sensación bastante buena, sobre todo para nosotros ver cómo estaba el campo, cómo se lo ha pasado la gente y todo lo que ha rodeado al encuentro en sí, es muy positivo para el equipo, para todo el cordobesismo y para la ciudad de Córdoba, para que veamos que cuantos más seamos, y lo he dicho muchas veces, el equipo va a ser mucho mejor. Ha habido momentos del partido que si en vez de estar los casi 20.000 hubieran estado los 7.000 de siempre, nos habría costado mucho más trabajo sacar el partido adelante. Esta victoria por supuesto es del equipo, pero también tiene muchísima culpa la afición y la manera en que ha sabido interpretar el partido". Según el entrenador blanquiverde, "el club ha entendido muy bien que esto es un espectáculo. Ha sido una fiesta para todos. Todos han podido participar y disfrutar, y ésa es la idea para que vuelvan".

A pesar de la euforia por la victoria, considera que "el resultado es muy favorable al Espanyol. El resultado a mí se me antoja corto. El hecho de arriesgar tanto era para ver si podíamos conseguir el 3-1, que hubiera sido un resultado más difícil de superar. Pero con el 2-1 la eliminatoria sigue estando muy del lado del Espanyol, que ha demostrado que es muy buen equipo y que en su estadio es potente. Pero nosotros con nuestra ilusión y con nuestro juego vamos a tratar de ir allí a competir, a hacerlo lo mejor posible y por supuesto a pasar la eliminatoria, pero sabiendo que está muy difícil".

Todo es posible porque "la virtud más grande de este equipo es que tiene mucho corazón. Con el corazón se va a muchísimos sitios. No sólo con esto, pero el pundonor, el sacrificio, las ganas de hacer las cosas bien y las ganas de agradar a la gente es algo que a nosotros nos da mucho. Si a eso le sumas tener talento, acierto y demás, eso se traduce en partidos ganados y partidos ganados. Nuestra virtud, nuestro primer paso a hacer algo es eso. El día que no consigamos competir con el corazón y con el pundonor que lo hemos hecho, nos convertiremos en un equipito normal, normal, normal, normal. Sin embargo, mientras sigamos compitiendo a ese nivel, podemos competir contra cualquiera".

El técnico esgrimió que "aquí siempre hay jugadores que juegan menos y otros que juegan más, pero eso no sólo pasa aquí, sino en todos los equipos del mundo". Y recalcó que el buen tono de los suplentes "es la mejor noticia que podemos tener. No tenemos una plantilla demasiado amplia, pero todos están demostrando, un día unos y otro otros, que son importantes. Aquí no hay nadie imprescindible y todos son importantes. Me alegro de muchos de esos casos". "Nuestra plantilla es fuerte", añadió, sabedor de que "con los que estamos aquí seguramente vamos a tener que tirar hasta el final".

"Ahora mismo me voy a casa para ver un partido del Girona", anunció en su última respuesta, ya que "no hay tiempo para alegrarse por la victoria ni para llorar por la derrota. Ellos todavía tienen algo de tiempo esta noche para disfrutarlo con su familia y mañana -por hoy- con sus hijos, con los Reyes y demás, pero el resto ya nos ponemos a trabajar porque tenemos al Girona ya encima, a dos días, y tenemos que preparar el partido". El preparador cordobesista evaluará el estado de todos en la sesión de hoy, a partir las 11:00, porque "tenemos que intentar sacar el equipo más competitivo y más descansado que podamos el domingo".