"Ese chasquido del hueso" no se separa de Zigor

A Zigor se le vino "el mundo encima" cuando se dio cuenta de que había provocado de forma fortuita una fractura de tibia y peroné a Íñigo Díaz de Cerio, aunque ha recalcado que obró sin mala fe. El delantero de la Real Sociedad estará en torno a un año de baja.

"Lo estoy pasando mal, porque tengo la jugada metida en mi mente y sigo oyendo ese chasquido del hueso", ha comentado el portero del Eibar, reacio a ver las escalofriantes imágenes por televisión.

Corría el minuto 60 del derbi guipuzcoano disputado el sábado cuando el meta fue "a jugar el balón, él se anticipó con la puntera y tuve la mala suerte de darle". González González -el árbitro que dio a Abraham Paz la opción de mandar al Córdoba a Segunda B al señalar un riguroso penalti- no pitó ni falta, pero Díaz de Cerio fue evacuado en camilla y el domingo pasó por el quirófano.

El involuntario culpable de la lesión pidió perdón de inmediato a la víctima, con quien también se ha disculpado por teléfono. A la conclusión del partido salió del vestuario y se dirigió con rapidez al fondo del autocar del Eibar, sin ganas de hablar con nadie, y por la noche durmió "bastante poco" al no poder olvidar la acción en cuestión. "Todo el que sabe cómo va esto del fútbol y que vio la jugada está conmigo, porque fue una acción de mala suerte", asegura. A Díaz de Cerio hay que desearle paciencia.

BOTELLÓN EN ANOETA

El pasado martes, Competición sancionó con cuatro partidos al brasileño del Murcia Marcinho Guerreiro por encararse y empujar a Hernández Hernández después de ser expulsado. El Comité también tiene trabajo esta semana: el choque de Anoeta quedó suspendido en el descuento a raíz de que Juanma Lillo, técnico realista, recibiera el impacto de una botella lanzada desde la grada. Cafres hay en todos sitios, lamentablemente.

MÍCHEL I DE VALLECAS

El Rayo Vallecano está de enhorabuena. Su capitán, Míchel, reapareció ante el Huesca con un gol que deja tercero al cuadro de Pepe Mel.