El cerco sobre el '9' se estrecha

A apenas cuatro días para que arranque la competición oficial con la visita del Tenerife a El Arcángel, el Córdoba sigue buscando refuerzos en el mercado veraniego, principalmente para el frente de ataque, zona con la que el club quiere culminar la confección de la plantilla que busque de nuevo el reto del ascenso a Primera División. A la larga lista de nombres que han sonado durante todo el mercado estival, ayer se sumaron los de Artem Kravets, Borja Viguera y Kike Sola.

El más exótico de los tres hombres por los que el Córdoba ha movido ficha es Artem Kravets, punta ucraniano con experiencia en la Liga de Campeones, internacional con su país, y que pertenece al Dinamo de Kiev. Según informó ayer Deportes Cope Córdoba, el conjunto blanquiverde tiene mucho interés en el ariete que la temporada pasada jugó a préstamo en el Stuttgart de la Bundesliga alemana. Su bagaje, eso sí, fue bastante escaso ya que finalizó la temporada con tan sólo un gol anotado. Además, una lesión de rodilla siembra dudas sobre su actual estado físico.

No obstante, Kravets es un delantero con experiencia en la máxima competición continental, la Liga de Campeones, además de internacional con su país. Su perfil es el de un ariete corpulento y alto, oportunista en el área y buen rematador en el juego aéreo. Unas características que se complementarían a la perfección con las de Rodri Ríos, único ariete hasta la fecha en la plantilla del Córdoba, y que tiene un perfil más de hombre rápido y con movilidad para ir a los espacios.

Kravets, de 27 años de edad, es una opción más dentro del gran abanico de delanteros con el que trabaja la dirección deportiva del Córdoba, siempre en consonancia con la presidencia del club, que también tiene mucho que ver a la hora de concretar las incorporaciones al plantel cordobesista. Dentro de esa lista de candidatos, dos nombres que ayer se deslizaron desde Zaragoza son los de Borja Viguera y Kike Sola, ambos delanteros del Athletic Club, pero sin sitio en la plantilla del conjunto de Bilbao.

Los dos arietes son objeto de deseo de muchos clubes de la Segunda División, entre ellos el Zaragoza, que necesita refuerzos de calidad para completar su plantilla antes del arranque de la competición. Y fue precisamente desde la capital maña desde donde se comentó ayer la fuerte puja del Córdoba por los dos puntas del Athletic Club.

Borja Viguera, de 29 años, es uno de los grandes nombres que quedan en el mercado de delanteros. El punta riojano se ganó el cartel de hombre importante en Segunda durante su etapa en el Alavés, entre 2012 y 2014. La friolera de 46 goles anotados con los vascos fueron la mejor carta de presentación para su llegada al Athletic Club, donde sin embargo no ha sido capaz de encontrar la regularidad necesaria para brillar. Su olfato de gol, además de su movilidad y adaptabilidad a la banda izquierda, hacen del riojano un hombre muy apetecible para Emilio Vega y el Córdoba.

Kike Sola, por su parte, tiene 30 años y es otro candidato a abandonar la disciplina del conjunto bilbaíno antes de que arranque la competición oficial. El punta navarro mantiene un buen cartel en Segunda División, donde sus pretendientes son múltiples. Su perfil responde más al de un hombre clásico de área, como es el caso del ucraniano Kravets. En todo caso, parece complicado que el Athletic Club deje marchar a ambos futbolistas y la salida de uno de ellos significaría en principio la continuidad del otro a las órdenes de Ernesto Valverde.

En esa búsqueda incesante de delanteros, al Córdoba se le terminó de escapar ayer Darwin Machís. El venezolano es otro de esos muchos hombres a los que el conjunto blanquiverde ha tanteado sin éxito durante estas últimas semanas. Finalmente, el joven atacante perteneciente al Granada, que el año pasado jugó cedido en el Huesca, confirmó ayer su fichaje por el Leganés, al que llegará a préstamo durante una temporada para vivir su primera experiencia en la máxima categoría del fútbol español.

Descartado Machís, Vega sigue trabajando contrarreloj para cerrar la incorporación de al menos un delantero contrastado para rematar una plantilla a la que a partir del sábado se le exigirá pelear por el ascenso. Un objetivo ambicioso e ilusionante, pero que implica la necesidad de reforzarse de manera acertada en este tramo final del mercado veraniego.