La canción del verdugo

el broche de plata

El Huesca destituye a Ángel Royo y le da las riendas a Quique Hernández

Quique Hernández.
Quique Hernández.
Francisco Merino / Córdoba

04 de octubre 2011 - 05:02

Por más que uno le dé vueltas, el fútbol siempre recorre los mismos caminos. Evoluciona, o eso parece, pero mantiene comportamientos invariables. Ahora te lo pueden decir a la cara, por e-mail, por sms o con un comentario en una red social, pero la cuestión es la misma: si no ganas, estás despedido. No hay paciencia ni piedad para el perdedor. Sucede así en Primera, en Segunda o en Regional Preferente. En el Real Madrid o en el Bollullos. Es la inapelable ley del balón.

El último en escuchar la canción del verdugo ha sido Ángel Royo, responsable del Huesca que ya no lo será desde el banquillo después de la derrota ante el Córdoba (0-1). El técnico, que ejerció como ayudante de Onésimo, se hizo cargo del plantel oscense este curso y apenas ha durado siete jornadas en el puesto. Es lo que hay. Para suplirle se barajaron los nombres de dos viejos conocidos del cordobesismo: Quique Hernández y Pepe Murcia. Finalmente, el club del Alto Aragón se decantó por el primero, que retorna al fútbol español tras tres años.

Hernández estuvo solamente unos meses en el club blanquiverde, en Segunda B -temporada 2005-06-, y fue destituido tras llevar a un equipo muy costeado a una situación límite: tocando la zona de descenso a Tercera y siete puntos por debajo del vecino Villanueva. Aquel dantesco panorama cambió con la llegada de Pepe Escalante. El resto es historia. Hernández se fue tras aquel episodio a Grecia y ha entrenado allí al Aris de Salonica y al Levadiakos, del que era consejero técnico. El candidato Pepe Murcia está sin equipo tras su efímera y frustrante experiencia en el Brasov rumano, en el que apenas estuvo tres semanas tras llegar en la jornada segunda al club de Transilvania. Seguirá esperando ofertas.

lucas no pierde

Todo el mundo sabe ya lo que es perder... menos uno. ¿Adivinan quién? Exacto: el Almería de Lucas Alcaraz. Que, además, es el líder en solitario de Segunda y firme candidato, aunque a alguno le siente mal que se lo recuerden, al retorno a Primera División. Al técnico granadino ya le pusieron bajo sospecha tras el arranque liguero con un empate en El Arcángel. Unos días después, tras ver cómo el Girona le empataba en su cancha con diez y después de una ventaja de 2-0, afloraron los pañuelos y la bronca en la tradicionalmente poco expresiva afición que puebla -poco, todo hay que decirlo, aunque eso no es de hoy- las gradas del estadio Juegos del Mediterráneo. Por todo eso ha pasado el Almería de Lucas, que va el primero y cuela más goles que casi todo el mundo. ¿No es Alcaraz un entrenador defensivo? "Eso es una etiqueta que me han puesto los medios de comunicación", argumentó hace un par de jornadas el reputado adiestrador en la prensa de la capital almeriense. Por lo que se ve, todos se la han creído. Este fin de semana el Almería ganó 0-1 al Recreativo, otro ex de Lucas. El buen señor va dejando recaditos con olor a vendetta en todos los lugares en los que ejerció profesionalmente, que han sido muchos en Segunda División. De hecho, es el entrenador con más partidos dirigidos en esta categoría de todos los que actualmente desempeñan el cargo. La experiencia es un grado. Y la historia nos dice que Lucas es un entrenador fiable: si le dan un equipo para estar arriba, ahí lo pone; si cuenta con piezas para lograr la permanencia, lo hace con una dosis de miedo tolerable. Lucas cumple los pactos y nunca ha dado motivos para que lo pongan en la puerta de salida antes de terminar la faena. Jamás ha sido cesado en Segunda División, lo que supone, además de un récord, un milagro.

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